Por: Enrique Villegas
(ZENIT Noticias / Quito, 16.03.2022).- El presidente ecuatoriano Guillermo Lasso vetó la ley que despenalizaba el aborto en el país. El veto fue parcial de modo que se siguiera el menor mal posible pues si emitía un veto total la ley regresaba a la Corte Suprema posibilitando volver a una sentencia de la Corte Constitucional que abre el aborto sin límites. Con este veto el aborto queda permitido hasta las 16 semanas del bebé.
El veto también prevé la protección de médicos pues la ley vetada posibilitaba sanciones contra médicos que se negaran a practicas abortos. A continuación el comunicado íntegro del presidente:
Soy el Presidente de un Estado laico y mis decisiones siempre se enmarcarán en los límites definidos en mis funciones constitucionales. Respeto y respetaré la independencia de poderes. Conforme a estos principios, el 28 de abril en carta pública al país y a la Asamblea expresé mi respeto absoluto a la sentencia 34-19-IN/21 de la Corte Constitucional que dispuso a la Asamblea Nacional formular un proyecto de ley que regule los plazos para el aborto en casos de violación.
Por eso, como Presidente de la República, debo respetar la sentencia de la Corte Constitucional, aún cuando no comparta muchas de sus premisas y conclusiones jurídicas. En consecuencia, he decidido incluir observaciones al proyecto de ley con el objetivo de que éste guarde absoluta concordancia con el dictamen de la CC. Hay disposiciones claras en la sentencia que no han sido acatadas por la Asamblea, o que no son coherentes con nuestro marco legal. En el tema de los plazos, he añadido la observación de que se unifiquen, tanto para casos del sector rural como del sector urbano en 12 semanas, pues todos somos iguales ante nuestra Constitución y nuestras leyes. Establecer diferencias legales entre ciudadanos basados en lugares de nacimiento o condiciones de origen sería contrario a este principio básico.
De igual manera, la sentencia de la Corte Constitucional ordenaba expresamente al Legislativo establecer los requisitos de acceso al aborto en casos de violación. Sin embargo, la Asamblea prácticamente los ha omitido. Por lo tanto, en mis objeciones he incluido requisitos que le brindarán al cuerpo legal conformidad con la sentencia de la Corte.
Así mismo, el dictamen de la Corte ordenaba legislar de acuerdo a las normativas ecuatorianas vigentes. Y uno de los derechos humanos expresamente consagrados en nuestra Constitución es la objeción de conciencia, que en este caso debía ser desarrollado de manera más amplia para así garantizar su cumplimiento. Lamentablemente, el proyecto de la Asamblea ha desconocido abiertamente este derecho, razón por la cual me he visto obligado a incluir artículos que garanticen a todos los profesionales de salud la aplicación de este principio constitucional.
Mis objeciones incluyen 61 textos alternativos. Con ellos, el proyecto de ley retorna a la Asamblea, que deberá decidir en 30 días si se mantiene en el texto original, o si acepta la propuesta del Ejecutivo.
Creo firmemente que nuestras leyes no deben ser factor de división, sino de encuentro. Las leyes son para servicio de todos los ecuatorianos, en su vastísima diversidad y pluralidad. Ese es el espíritu que guía cada una de mis decisiones y como lo expresé públicamente hace un año, me ratifico en que: «Como hombre católico seguiré viviendo de acuerdo a mis creencias, pero como Presidente de la República del Ecuador haré todo lo que esté en mi poder para hacer respetar los principios de un sistema plenamente republicano y democrático».