(ZENIT Noticias / Kiev, 18.03.2022).- Publicamos el contenido de la comunicación que Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk ha enviado en el día 23 de la invasión rusa a Ucrania.
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¡Alabado sea Jesucristo!
Queridos en Cristo, hermanos y hermanas. Hoy es 18 de marzo de 2022 y Ucrania vive el 23º día de esta sangrienta guerra. Esta noche han vuelto a caer bombas y misiles sobre las casas de civiles en las regiones de Sumy, Donetsk, Luhansk, Mykolayiv y también en el oeste de Ucrania, incluida Lviv.
Pero a Ucrania no la asustan. Ucrania está luchando. Ucrania lucha por el derecho a la libertad y por el derecho a tener su propia independencia. Ucrania está en pie.
Nosotros seguimos en pie en oración por nuestro ejército que ha detenido al numeroso enemigo que ya no sigue penetrando hacia el centro de nuestro país. El enemigo ha pasado a lo que da en llamarse la guerra total.
Hoy queremos rezar especialmente para apoyar a nuestros médicos, doctores, enfermeras, paramédicos… queremos rezar por todos aquellos que son los primeros en palpar el indecible dolor humano de Ucrania. Queremos rezar por los trabajadores médicos que hoy en día son casi el objetivo principal de los diversos ataques y atentados contra civiles por parte del enemigo.
Según los datos oficiales del Ministerio de Salud; 117 hospitales e instalaciones médicas de Ucrania han sido atacados directamente en estas últimas semanas. Siete de ellos quedaron completamente destruidos y no pueden ser reconstruidos. Han ametrallado cuarenta y tres ambulancias de emergencia. Mataron a muchos médicos y trabajadores sanitarios… Hoy queremos dar gracias a Dios por su heroico servicio a nuestro pueblo.
Y nuestros médicos siguen salvando la vida humana en Ucrania. Queremos agradecer especialmente en nuestras oraciones por ellos, por los médicos, por aquellos que ayudan a dar a luz en hospitales fríos, sin electricidad en Chernihiv, Mariúpol, Kharkiv y en otras ciudades asediadas de Ucrania.
Queremos dar especialmente las gracias a quienes se esfuerzan día y noche por salvar vidas. El Hospital Infantil de Maternidad de Kiev que sobrevivió al ataque aéreo se hizo conocer mundialmente por su denodada labor y después de los ataques sigue trabajando heroicamente.
Queremos dar gracias a Dios por nuestros médicos porque es a ellos a quienes nos dirigimos en primer lugar para pedir auxilio en el dolor… son ellos los primeros testigos del sufrimiento humano.
Quiero dirigirme hoy a la Organización Mundial de la Salud, a las diferentes instituciones y organizaciones internacionales, como “Médicos Sin Fronteras”: ¡Digan su palabra en defensa de la vida en Ucrania! Les agradezco el apoyo que prestan a nuestros médicos… pero, ¡denuncien lo que sucede ante mundo para que detenga inmediatamente la matanza de personas en Ucrania! Gracias por el hecho de que, junto con la ayuda humanitaria, Ucrania recibe ayuda en medicamentos, instrumentos médicos y todo lo que sirve para salvar vidas.
Hoy le pedimos a nuestro Señor, Médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos: Bendice a nuestros médicos y doctores, salva a los heridos… a los niños, a los soldados, a los ancianos. Cura las heridas de tu pueblo. ¡Oh Dios, salva a Ucrania!
La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén.
¡Alabado sea Jesucristo!
