Monjas ucranianas ayudan durante la distribución de comida.

Las monjas ucranianas se convierten en fuentes de sangre para decenas de heridos

«Las monjas, que permanecen en la diócesis de Kyiv-Zhytomyr, también se convirtieron en donantes, porque les es posible hacer lo que Jesús hizo por nosotros cuando derramó su sangre para que pudiéramos vivir, para salvar la vida de otra persona».

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Por: Fionn Shiner

(ZENIT Noticias / Kiev, 23.03.2022).- Mientras las tropas se acercan a Kiev e intentan rodear la ciudad, las monjas donan su sangre para ayudar a los heridos durante el asalto ruso.

El padre Mateusz Adamski, de la diócesis de Kyiv-Zhytomyr, que cubre la capital ucraniana, explicó a la organización benéfica católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) por qué había aumentado la necesidad de plasma sanguíneo: «Debido al hecho de que hay muchos civiles y soldados heridos cada día, hay una necesidad de donación de sangre, por lo que los residentes de Kyiv han donado cantidades récord de sangre para ayudar tanto a los defensores ucranianos como a los civiles heridos”.

Y subraya: «Las monjas, que permanecen en la diócesis de Kyiv-Zhytomyr, también se convirtieron en donantes, porque les es posible hacer lo que Jesús hizo por nosotros cuando derramó su sangre para que pudiéramos vivir, para salvar la vida de otra persona».

El padre Adamski, que supervisa la ayuda de AIN en la diócesis -la organización benéfica está enviando más de un millón de libras esterlinas a Ucrania-, describió las diversas formas en que los miembros de la Iglesia han ayudado a responder a la crisis.

El sacerdote dijo: «El equipo de la curia diocesana, con sacerdotes, monjas y laicos, ha repartido agua, alimentos y medicamentos en diferentes lugares, donde era necesario y posible llegar. «El personal de la diócesis también ayuda en la evacuación de personas de lugares peligrosos».

Añadió que los voluntarios están arriesgando sus vidas: la diócesis confirmó que el alcalde de Hostomel, al norte de Kiev, fue asesinado a tiros mientras distribuía alimentos y medicinas. «La misión humanitaria y el voluntariado están ahora en peligro por el riesgo inmediato que corren las vidas, pero seguimos prestando ayuda allí donde se necesita. Nosotros, como Iglesia de Cristo, estamos con nuestra gente que está en peligro, necesitada, vulnerable, asustada, herida y débil», declara el sacerdote.

Los contactos de la Iglesia en el país dijeron a AIN que «muchos pueblos y ciudades están en estado de desastre humanitario, y muchos ciudadanos no tienen agua ni alimentos».

Según cifras oficiales de la ONU, hasta tres millones de personas han huido de Ucrania desde que comenzó la invasión. Fuentes del interior del país han declarado que 379 escuelas, 117 hospitales y 43 ambulancias han resultado dañados por los bombardeos rusos.

El obispo Vitalii Kryvytsky, también de la diócesis de Kyiv-Zhytomyr, es uno de los muchos líderes de la Iglesia que se han negado a abandonar su rebaño. «No podemos estar en otro sitio», declaró.

En 2021, AIN tenía 41 proyectos en marcha en la diócesis y, desde que empezó la guerra, ha prestado apoyo a más de 300 sacerdotes y religiosos.

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Redacción Zenit

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