(ZENIT Noticias / Kiev, 06.04.2022).- Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk nos regala una pieza más en las comunicaciones cotidianas que ha tenido a bien ir ofreciendo desde Kiev. Ha sido durante todo este tiempo un pastor cercano y abierto. Y hoy lo vuelve a ser con el reporte de lo que ve y se vive en Ucrania.
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¡Alabado sea Jesucristo!
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy es 6 de abril de 2022 y Ucrania está viviendo la sexta semana de la guerra, 42 días de esta guerra injusta y sangrienta que Rusia comenzó contra Ucrania.
Nuestra gente está defendiendo, y defendiendo heroicamente su tierra. Vemos ejemplos de heroísmo no sólo en el campo de batalla, sino también en el modo de salvar las vidas humanas. Esta noche, una vez más, el enemigo lanzó un ataque con misiles contra los elementos más vulnerables de la infraestructura de nuestra economía. Fueron bombardeadas varias plantas químicas dando de este modo un golpe muy doloroso a la ecología de estas ciudades y pueblos. Hoy de modo particular estamos preocupados y sentimos gran dolor por la vida, por la suerte de las personas que se encuentran en los territorios temporalmente ocupados. Sabemos que allí, en la región de Khersón, en el sur de la región de Zaporozhzhia, ya se están acabando los alimentos y no hay posibilidad de entregar suministros humanitarios allí.
La ciudad ucraniana de Mariúpol resiste heroicamente. Una vez más, fue imposible prestar ayuda humanitaria. De ninguna manera. Incluso la evacuación de personas de esos territorios peligrosos es cada vez más difícil. Los corredores humanitarios son bombardeados constantemente. Hoy justamente es durante las evacuaciones que mueren más personas. Según las cifras oficiales de las Naciones Unidas, en Ucrania durante la guerra murieron más de 1.500 civiles. Aunque sabemos que la cifra real es mucho mayor. Muchas personas se dan por desaparecidos y no tenemos noticias de ellos. Muchos de ellos probablemente murieron.
A todos nos conmovió la historia del pequeño Sashkó, de cuatro años, del distrito de Vyshgorod, de la región de Kyiv, que también murió durante la evacuación.
La vida humana durante la guerra… ¿qué valor tiene a los ojos del hombre? A los ojos de Dios no tiene precio.
Creemos que es posible salvar vidas humanas en Ucrania. No sólo por la valentía de los miembros de nuestro ejército que nos defienden, sino gracias a la actitud de la comunidad internacional. Hagamos todo lo posible para salvar la vida humana en Ucrania.
Que Dios bendiga a nuestro pueblo. Que Él salve a todos aquellos a quienes no puede salvar la mano humana. En sus manos confiamos la vida y la salud de nuestro pueblo, especialmente en la zona de guerra y en los territorios ocupados.
Oh Dios, ¡dale la paz a Ucrania! ¡Detén la guerra! Bendice a tus hijos.
La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén.
¡Alabado sea Jesucristo!