(ZENIT Noticias / Kiev, 07.04.2022).- En la última comunicación, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk aborda una cuestión poco conocida: las máquinas incineradoras que el ejército ruso está usando en Mariupol. Tal vez después de la tragedia observada en Bucha el ejército ruso prefiere no dejar evidencia. A continuación el mensaje.
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¡Alabado sea Jesucristo!
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy es 7 de abril de 2022 y Ucrania vive su 43º día de esta terrible guerra.
Pero Ucrania está luchando. Es más, Ucrania lucha por el derecho a la vida. No sólo para sus hijos, por su pueblo, sino también por el derecho a la vida y el respeto a la vida de cada persona en el turbulento mundo actual.
Hoy en Ucrania celebramos la Anunciación de la Santísima Virgen María. Día que nuestra tradición bizantina llama “el principio de nuestra salvación”. Hace quince días, en esta fiesta según el calendario gregoriano, el Papa Francisco dedicó Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María. En ese día, recordando aquel acontecimiento, acontecimiento de la visita del Ángel Gabriel a la Virgen Inmaculada en Nazaret, el Santo Padre recordó tres palabras: alégrate, no temas, y después: el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra.
Qué buena, qué gozosa la noticia de la lógica de Dios. Dios viene a encarnarse, a hacerse hombre, a hacerse cargo de la historia humana con todos sus dramas. Pero Dios viene a decirnos a todos: ¡Alégrense!
Cuando tenemos miedo, temor a la soledad, temor por sentirnos abandonados en medio de los dramas, de las tragedias de este mundo… Dios nos dice: No tengáis miedo. Cuando nos sentimos sin fuerzas, impotentes para luchar contra el mal… Dios nos dice: El poder del Altísimo los cubrirá con su sombra. La fiesta de la Anunciación durante la guerra… En verdad, el día de hoy es clave, es el comienzo, la fuente de nuestra salvación. Salvación del pueblo ucraniano del poder de la mano asesina rusa.
Estos días, Ucrania y el mundo se estremecen una vez más al descubrir los crímenes de guerra del ocupante ruso. Ayer nos enteramos de que a Mariúpol, nuestra ciudad mártir, Rusia, junto con su artillería, cohetes, armas pesadas, trajo crematorios móviles. Que día y noche están quemando los cuerpos de personas civiles inocentemente asesinadas. Rusia, junto con su ejército y su agresión, ha traído la muerte a nuestra tierra, la lógica de la muerte y de la guerra, la lógica de la destrucción. Este tipo de crematorios cerca de las ciudades civiles sólo se vio en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. En Majdanek, en Auschwitz y en otros campos de concentración nazis. El humo de los crematorios, una vez más, se eleva al cielo desde el suelo ucraniano. Y es que esta es la ideología de la solución final. En otras palabras la ideología de la destrucción del pueblo ucraniano, que comprende casi 60 millones y que repite los patrones nazis: la muerte bajo el dominio de un nuevo orden.
Pero hoy viendo estas dos lógicas, la divina y la humana; la lógica de la vida y la lógica de la muerte; seguimos contemplando, seguimos asintiendo a la lógica del poder divino. Y rogamos: Señor, no dejes que el humo de los crematorios, sino que tu Espíritu Santo venga sobre nosotros. Que sea el poder del Altísimo el que nos cubra con su sombra. Y así como después de la Anunciación la Virgen corrió, se apresuró a socorrer a su prima Isabel, le pedimos en esta fiesta a la Santísima Virgen: ¡Sálvanos! ¡Apresúrate a ayudar a Ucrania! Para que el poder del Altísimo pueda salvar nuestro futuro, el futuro de Ucrania y del mundo
La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén.
¡Alabado sea Jesucristo!