Por: Elizabeth Owens
(ZENIT Noticias / India, 07.04.2022).- En agosto de 2021 la Iglesia católica de rito siro-malabar aprobó algunos cambios en la liturgia de este rito oriental de la iglesia y fijó la Pascua de 2022 como fecha para la entrada en vigor de esos cambios.
Parte de esos cambios aprobados decían relación con el modo como en el rito siro-malabar se celebra la misa (santa qurbana). Esto dividió a la comunidad, la más numerosa de católicos en India. La división se agudizó por una razón: el vicario del cardenal George Alencherry, mons. Antony Kariyil, se ha manifestado contrario a las nuevas disposiciones litúrgicas y la mayor parte de la población católica de la diócesis de Ermakulam-Angamaly (archieparquía le llaman ellos) apoyan al vicario.
La cuestión ha caldeado los ánimos de tal modo que un grupo de laicos ha encendido dos maniquíes con los rostros del cardenal Alencherry y del prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal Leonardo Sandri, quien había transmitido el 11 de marzo el apoyo del Papa a los cambios litúrgicos en esta iglesia católica oriental.
Los hechos han motivado la intervención directa del Papa con una carta del pasado 25 de marzo, “»una exhortación paternal para que se adhieran solícitamente a la decisión sobre la forma de celebración de la Qurbana antes de la Pascua de 2022″.
El Papa también menciona que «precisamente porque somos conscientes de las diferentes tradiciones vinculadas a los diferentes contextos de vuestra Iglesia, se les ha pedido a todos que den un paso atrás en su propia forma de celebrar, para ofrecer un signo de comunión que nazca del hecho de que todos han renunciado a algo que le es propio, por un amor y un testimonio más grandes”.
Y a continuación el Santo Padre lamenta que «después del 28 de noviembre de 2021, fecha elegida para la implementación de la Santa Qurbana», y no obstante que 34 eparquías (el resto de las que conforman este rito de la iglesia católica) «llevaron a la práctica la decisión sinodal», la “archieparquía de Ernakulam-Angamaly (…) siguió afirmando su propia «particularidad litúrgica, fruto de la reflexión, pero aislada del resto de la Iglesia siro-malabar».
“Es bueno que como creyentes en Cristo nos interroguemos sobre nuestra manera de actuar, de expresar el desacuerdo, de aceptar incluso el esfuerzo y las humillaciones, de dar pasos hacia atrás”, escribe el Papa. Y añade: Y “no por un criterio humano de victoria o derrota, de un grupo sobre el otro, sino mirando al Señor y aceptando no sólo celebrar su Pascua sino vivirla junto con Él, comenzando por la tribulación y la Pasión”.
El Papa pone al centro la figura de Jesús e invita a que “como Iglesia, todos juntos, tenemos que vivir con Él y como Él, aceptando también el camino de la humillación y de la cruz. No podemos vivir divididos, no podemos crear división, no podemos permitirnos causar escándalo”.
Considerando que puede haber parroquias que precisen de más tiempo para una catequesis de mayor calado y mientras no se ponga en entre dicho lo decidido, el Papa sugiere que se podrán pedir dispensas al arzobispo mayor y cabeza de esta iglesia católica oriental pero “sólo por un período determinado, como establece el Código Canónico de las Iglesias Orientales”.
La carta del Papa finaliza confiando en que «los sacerdotes y los fieles están dispuestos a escuchar la voz del Señor, confiando en el consejo y la invitación del Papa». Y añade: «la Iglesia siro-malabar se ha distinguido por ello a lo largo de los siglos, por su fidelidad que ha superado muchos malentendidos históricos, y ahora florece en vocaciones y estilo misionero. El Señor no olvidará el sacrificio que le están ofreciendo”.
