(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 31.05.2022).- Poco antes de las 11 de la mañana del martes 31 de mayo el cuerpo de quien durante fuese el Secretario de Estado de la Santa Sede de 1991 a 2006 llegaba a la basílica vaticana para su misa de exequias. La misa por el cardenal Sodano, quien también fue decano del Colegio Cardenalicio de 2005 a 2019, estuvo presidida por el cardenal que le sustituyó como decano: el cardenal Giovanni Battista Re.
Entre los concelebrantes se pudieron contar hasta 36 cardenales y una cuarentena de arzobispo y obispos, entre ellos quien también fue Secretario de Estado (después del cardenal Sodano): el cardenal Tarcisio Bertone. Todos vestían una casulla roja y sus mitras episcopales. Entre el mundo de la política italiana sólo se pudo ver a Pier Ferdinando Casini, mientras que del ámbito eclesiástico estaba, entre otros, el director general de los legionarios de Cristo, cuyos religiosos sirvieron de acólitos en la ceremonia luctuosa.
En su homilía, el cardenal Re elogió los 71 años de sacerdocio del cardenal Sodano, 60 de ellos al servicio de la Santa Sede:
“En los casi 16 años en que fue el primer colaborador del Papa, trabajó por la paz con competencia y dedicación”, aunque “no faltaron momentos de especial compromiso debido a la complejidad de las situaciones geopolíticas”. Y añadió: “En 1961 entró al servicio de la Santa Sede y sus primeros pasos fueron en América Latina en las Nunciaturas Apostólicas de Ecuador y luego en Uruguay y Chile. Fue una experiencia interesante para él, pero también exigente porque eran los años del Concilio Vaticano II y el primer período post-conciliar”.
Sobre su periodo como nuncio en Chile, el cardenal Re dijo:
“Una de sus primeras tareas fue cooperar en la iniciativa de mediación que el Papa Juan Pablo II había confiado al cardenal Antonio Samoré, con quien monseñor Sodano colaboró con gran empeño. Fueron años difíciles para Chile también por la dictadura del general Pinochet”.
También habló de los casi 16 años en que fue el primer colaborador del Papa. En ese contexto, el cardenal Sodano “trabajó por la paz con competencia y dedicación. No faltaron momentos de especial compromiso debido a la complejidad de las situaciones geopolíticas: basta pensar en el final de la Guerra Fría, el conflicto del Golfo Pérsico, la guerra de Iraq, los conflictos de los Balcanes, el trágico 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y el posterior crecimiento del terrorismo en el mundo”.
El Papa Francisco tuvo una presencia discreta: llegó en su silla de ruedas desde Santa Marta y permaneció sentado hasta que tuvo que intervenir, poniéndose de pie, para la Commendatio et Valedictio hacia el final de la ceremonia.
Con el cardenal Sodano se va extinguiendo una oleada de eclesiásticos de primer nivel e influjo al servicio de la Iglesia y de la paz mundial.