Al pecador hay que mirarlo como Dios lo haría

En la privatización de la guerra, los únicos «buenos» son, siempre, las víctimas civiles. Entrevista con Fabio Armao

En Ucrania, la masacre sin sentido es útil para las potencias fuertes internacionales. Cuentan los objetivos alcanzados y fracasados, mientras que los pueblos ucraniano y ruso cuentan sus propios muertos. Es la «privatización de la guerra», que sigue la lógica del poder y del mercado. Desde el batallón ucraniano Azov hasta el grupo ruso Wagner, distinguir la violencia es casi imposible. ¿El riesgo? Que las guerras civiles mundiales permanentes se conviertan en una condición ordinaria para millones de seres humanos. Hasta el punto de aniquilar la idea misma de ciudadanía. Entrevista con Fabio Armao.