(ZENIT Noticias – FIDES Agenzia / Ciudad del Vaticano, 10.06.2022).- La Corte Suprema de Israel ha puesto fin de forma definitiva a la larga batalla legal emprendida por el Patriarcado Greco Ortodoxo de Jerusalén para anular la adquisición, por parte de la organización judía radical Ateret Cohanim, de tres prestigiosas propiedades situadas en la Ciudad Vieja de Jerusalén, propiedades que en su día pertenecieron al Patriarcado y que se encuentran en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
El correspondiente fallo del órgano judicial supremo de Israel, que tuvo lugar el miércoles 8 de junio, confirmó la sentencia dictada previamente por un tribunal inferior, que ya se había pronunciado sobre la inconsistencia de las pruebas y los argumentos jurídicos en los que se basaba la acción legal interpuesta por el Patriarcado Greco Ortodoxo. Los jueces Daphne Barak Erez, David Mintz y Shaul Shohat -informan los medios de comunicación israelíes- han dictaminado que no han encontrado «ningún error» en la sentencia anterior emitida por el Tribunal de Distrito de Jerusalén, que en 2020 había rechazado una petición del Patriarcado Greco Ortodoxo de reabrir el caso sobre la base de nuevas pruebas que mostraban -en opinión de los delegados del Patriarcado- el «comportamiento delictivo, incluyendo la extorsión y el fraude» llevado a cabo por Ateret Cohanim para tomar posesión de las propiedades en disputa.
La organización Ateret Cohanim ha participado repetidamente en adquisiciones polémicas de propiedades en Jerusalén Este en las últimas décadas, especialmente en el barrio cristiano de la Ciudad Vieja. «Estamos hablando», dijo a las agencias internacionales Asaad Mazawi, abogado del Patriarcado Graco Ortodoxo, «de un grupo de extremistas que quieren quitarle la propiedad a las Iglesias, quieren cambiar el carácter de la Ciudad Vieja y quieren invadir las zonas cristianas». En un comunicado emitido tras la sentencia de la Corte Suprema, el Patriarcado Greco Ortodoxo de Jerusalén confirmó su intención de seguir apoyando a los empleados palestinos que aún se encuentran dentro de las propiedades en disputa, recordando la urgencia de contrarrestar la «política y la agenda racista de la extrema derecha de Israel». Según informan los medios de comunicación israelíes, Ateret Cohanim se está preparando para desalojar a los inquilinos de las propiedades en disputa.
Dos de los tres edificios en cuestión, el Hotel “Petra” y el Hotel “Imperial”, se encuentran cerca de la Puerta de Jaffa, considerada la entrada más directa para acceder al barrio cristiano de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
La tercera porpiedad, también situada en el barrio cristiano, es conocida como “Muzamiya House”. La venta de los tres immuebles, como fue referido en la web de la Agencia Fides (véase Fides 26/6/2020), tuvo lugar en 2004, y la noticia había provocado protestas y descontento dentro de la comunidad cristiana greco ortodoxa, que culminó con la deposición del Patriarca Ireneo I por parte del Santo Sínodo, por cargos de enajenación indebida de los edificios del Patriarcado.
En agosto de 2017, el Tribunal de Distrito de Jerusalén había rechazado los intentos legales del Patriarcado greco ortodoxo de Jerusalén para hacer reconocer como “ilegal” y “sin autorización” la adquisición de algunas de sus propiedades por parte de la organización judía Ateret Cohanim. Después de aquella sentencia, los Patriarcas y Jefes de las Iglesias de Jerusalén firmaron un documento conjunto en el que denunciaban “un intento sistemático para minar la integridad de la Ciudad Santa” y “para debilitar la presencia cristiana en Tierra Santa”. Un proyecto que, según los jefes de las Iglesias, se manifestaba claramente en las “violaciones del Status Quo” de los Santos Lugares.
En el documento conjunto, firmado también por Teophilos III, Patriarca greco ortodoxo de Jerusalén y por el Arzobispo Pierbattista Pizzaballa, Administrador apostólico del Patriarcado latino de Jerusalén (católico), se expresaba una firme oposición a “cualquier acción” puesta en marcha por “cualquier autoridad o grupo” que trate de violar y socavar las “leyes, acuerdos y regulaciones que han gobernado nuestras vidas durante siglos”.
El Patriarcado Ortodoxo de Jerusalén apeló contra el fallo de 2017 ante la Corte Suprema de Israel, que el 10 de junio de 2019 confirmó la regularidad de la transferencia de las propiedades, legítimamente compradas por intermediarios extranjeros que actuaron en nombre de Ateret Cohanim. Luego, en diciembre de 2019, la disputa legal se reabrió, después de que un juez del Tribunal de Distrito de Jerusalén cuestionase el fallo anterior de la Corte Suprema, abriendo efectivamente la posibilidad de comenzar un nuevo juicio sobre el controvertido tema.
Ahora, el enésimo pronunciamiento de la Corte Suprema de Israel parece marcar el final definitivo de la lucha alrededor de los edificios en disputa de la Ciudad Vieja de Jerusalén.