trabajos de conservación del suelo de la basílica del Santo Sepulcro. Foto: Custodia de Tierra Santa

Descubrimientos y otras actualizaciones en reporte sobre los trabajos de conservación del suelo de la basílica del Santo Sepulcro

En la parte centro-norte de la zona, cerca del edículo, se interceptó un túnel, del que ya se había destacado algo en investigaciones anteriores, que desciende verticalmente junto al edículo hasta una profundidad de 2,80 m y luego continúa horizontalmente hacia el norte.

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(ZENIT Noticias / Jerusalén, 18.07.2022).- Con motivo de la visita de los dirigentes comunitarios al yacimiento arqueológico del complejo del Santo Sepulcro, se presentaron los trabajos de excavación en curso. Las investigaciones arqueológicas están siendo realizadas por el equipo del Departamento de Antigüedades de la Universidad de la Sapienza, de Roma, bajo la dirección de la profesora Francesca Romana Stasolla, asistida por la profesora Giorgia Maria Annoscia y el profesor Massimiliano David.

De acuerdo con el proyecto de restauración del suelo del complejo religioso, la excavación se está llevando a cabo en zonas sucesivas, para permitir la realización regular de liturgias por parte de las distintas confesiones y el flujo regular de peregrinos. A partir de mayo de 2022, las investigaciones arqueológicas abarcan parte de la nave norte de la basílica (los llamados Arcos de la Virgen) y parte de la rotonda noroeste; los trabajos se realizan en un ciclo continuo, día y noche, y el tratamiento de los materiales producidos se realiza en tiempo real entre Jerusalén y Roma, donde trabaja el resto del equipo. Los datos procesados durante la excavación se introducen en una base de datos previamente creada específicamente para el proyecto y vinculada a las diferentes fuentes históricas y de archivo, también gracias al apoyo a distancia en Roma.

Los doctores Beatrice Brancazi y Stefano De Togni, miembros del equipo de la Universidad de la Sapienza de Roma, presentaron a las Comunidades las dos zonas de excavación.

En la zona de la nave norte se identificó una secuencia estratigráfica muy interesante, que permitió rastrear las zanjas excavadas por el padre Virgilio Corbo en los años sesenta, pero que también permitió adquirir datos totalmente nuevos. Los más interesantes son los relativos a la obra de la época constantiniana, correspondientes a la construcción del complejo religioso, que se encontraba aquí dentro de una zona de canteras. Se encontraron los planos de roca relacionados con la cantera, que presenta diferencias de elevación causadas por cortes profundos y desiguales, que además descienden a gran profundidad, como también se puede ver en otras zonas de la basílica. La principal necesidad de las operaciones de obra de Constantino era rellenar estas elevaciones irregulares para crear un plano unificado y homogéneo sobre el que construir las estructuras de la iglesia y los anexos. Esto se hacía con enterramientos progresivos, utilizando capas de tierra rica en material cerámico, destinadas a drenar el agua y utilizadas para nivelar las zonas más profundas. Durante la excavación se pudo analizar la cimentación del muro perimetral norte del complejo constantiniano, que todavía está elevado.

Por encima de estas estratigrafías de relleno, se identificó también la acción preparatoria para la colocación de la preparación del suelo del triporticus constantiniano, compuesta por grandes losas líticas. Este suelo fue deliberadamente despojado en toda la zona, a excepción de las losas del estilóbato. La zona saqueada estaba cubierta por una capa de tierra que muestra rastros de una intensa frecuentación. Entre los numerosos materiales encontrados, destaca la presencia de teselas de mosaico relacionadas con los pavimentos.

La visita continuó en la zona noroeste de la rotonda, donde la estratigrafía es mucho más exigua, debido a la presencia del banco rocoso a una cota mucho más elevada, factor que, unido a la continua reestructuración del pavimento, ha contribuido a la continua remoción y mezcla de las capas del subsuelo, haciendo que la estratigrafía arqueológica de la zona sea muy exigua.

Ahí, lo más interesante se refiere a las fases de trabajo de la roca madre, que se están estudiando actualmente. En la parte centro-norte de la zona, cerca del edículo, se interceptó un túnel, del que ya se había destacado algo en investigaciones anteriores, que desciende verticalmente junto al edículo hasta una profundidad de 2,80 m y luego continúa horizontalmente hacia el norte. Su descubrimiento en relación con la estratigrafía de la excavación y su conexión con todo el sistema de drenaje del agua constituye un aspecto importante en el estudio de los aspectos arquitectónicos que se están analizando en el marco del proyecto.

Con información de la Custodia de Tierra Santa.

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Redacción Zenit

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