Mgr Angelo Becciu

El cardenal Angelo Becciu . Foto: ANSA

«Tengo la fundada esperanza de que la verdad saldrá a la luz»: cardenal Becciu desde el Consistorio

«El Santo Padre, reconociendo mi derecho a asistir al Consistorio, me invitó a participar en él y por eso tuve que venir a Roma, en contra de mis planes», escribe el cardenal Becciu en una carta del 29 de agosto.

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(ZENIT Noticias / Roma, 29.08.2022).- La diócesis de Ozieri hizo pública en su página de Facebook una carta que el cardenal Angelo Becciu envió ante la ausencia debida a su participación en los consistorios en el Vaticano. Por cuanto se intuye, en ocasión de su aniversario de ordenación sacerdotal solía estar presente en aquel territorio diocesano para celebrar su aniversario de ordenación sacerdotal. La carta, por lo demás, permite conocer un poco más de detalles acerca de lo que ha supuesto para el cardenal Becciu la invitación del Papa para estar presente en esa cita eclesial. Ofrecemos una traducción al castellano de esa carta.

***

Vaticano, 29 de agosto de 2022

Estimada Excelencia,

Estimado Padre Pala,

Queridos sacerdotes,

Queridos fieles todos,

Hoy debería haber estado con vosotros para celebrar nuestra fiesta en honor de Santa Sabina y dar gracias al Señor por el 50º aniversario de mi ordenación sacerdotal.

Fue el 27 de agosto de 1972 y desde entonces, a excepción de una o dos veces, nunca he faltado a la cita.

Ya conocéis el motivo de mi ausencia este año y me imagino que os alegráis de ello. Es esta: el Santo Padre, reconociendo mi derecho a asistir al Consistorio, me invitó a participar en él y por eso tuve que venir a Roma, en contra de mis planes.

Fue una agradable sorpresa, yo diría que una gran gracia del Señor. Me sentí reabrazado por la Iglesia y en la Basílica de San Pedro fue conmovedor ver al Papa asentirme desde el altar con alegría por mi presencia y escuchar a mis hermanos cardenales decirme: ¡bienvenido a casa! Muchos prelados, religiosos, religiosas y laicos me mostraron su alegría. Esta es la belleza de la Iglesia, que sabe ir más allá de los acontecimientos dolorosos y sabe ofrecer motivos de esperanza que hacen superar los momentos oscuros de la vida.

Me gustaría invitarles a tener fe en el Señor y a invocar a nuestra patrona en los momentos difíciles. Nuestros antepasados han mantenido constantemente la devoción por ella. No perdamos tan bella tradición y tratemos de ser sus dignos descendientes transmitiendo tan gran fe a la siguiente generación. De niño, yo también aprendí de mi madre a invocar a Santa Sabina. Me dirigí a ella en las inevitables dificultades de la vida y también en las complejas situaciones que a menudo tuve que enfrentar en los distintos y lejanos países donde serví a la Iglesia. Me resultaba espontáneo dirigirme a nuestra hermosa iglesia parroquial y rogar a la Santa.

A ella me he dirigido y sigo dirigiéndome incluso en la última tormenta que me ha azotado y que ha implicado dolorosamente a mi familia y a la propia diócesis.

¡Nos ayudará! Tengo la fundada esperanza de que la verdad saldrá a la luz y de que todo el fango que se nos echa encima se derretirá como la nieve al sol. El gesto del Santo Padre nos reconforta y alimenta nuestra confianza. Me encomiendo de nuevo a vuestras oraciones y os aseguro que, al celebrar hoy la Eucaristía, también os tendré presentes a todos, incluidos los enfermos y los que tienen motivos para sufrir.

¡Los abrazo!

Traducción del original en lengua italiana realizada por el director editorial de ZENIT.

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Redacción Zenit

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