(ZENIT Noticias / Amsterdam, 27.09.2022).- Hace ya más de cinco años que la Diócesis de Amsterdam dio a conocer el documento «La Iglesia en una sociedad cambiante» y 18 años desde que la diócesis presentó el documento «Nuevos tiempos, nuevos caminos».
Como indican los títulos de esos documentos, en ellos se abordan los cambios en la sociedad, reflexionando y mirando hacia el futuro. Aunque la fe sigue siendo la misma, creer ya no se da por sentado en esta época. Las parroquias tienen que lidiar con menos feligreses, voluntarios y finanzas. Por ello, ya no es factible estar presente en todos los lugares. La Iglesia tiene que adaptarse a esta situación. No sólo desde el punto de vista organizativo, sino también desde el punto de vista pastoral, para que los feligreses de todas las edades se sientan a gusto en lugares céntricos.
En ese contexto, el 10 de septiembre de 2022, la diócesis entabló un diálogo con unos 90 administradores parroquiales. La jornada comenzó con una celebración eucarística, seguida de una introducción del obispo J.W.M. Hendriks y una presentación del economista general T.J. van der Steen. Se esbozaron cómo se miraban los próximos años. La diócesis ve que los procesos son lentos porque a casi todo el mundo le cuesta dejar atrás el pasado. Sin embargo, la situación pastoral y financiera es urgente.
Una evaluación
Sobre estas cuestiones, los administradores parroquiales debatieron en grupos más pequeños. ¿Es deseable que la diócesis dé más dirección a estos procesos? ¿Cómo pueden cooperar más pastoralmente en un contexto más amplio, especialmente en el ámbito de la pastoral familiar y juvenil? ¿Qué problemas dificultan aún más esa transición? Basándose en el número de feligreses, las finanzas y el número de voluntarios, la diócesis ha hecho estimaciones en las que se contemplan sólo 28 iglesias centrales de las que pueden emanar nuevas iniciativas misioneras. En el caso de las demás ubicaciones, deberán pensar detenidamente en la mejor manera de tratarlas. Alrededor de 37 locales pueden servir como centros de apoyo durante un periodo, para el resto deberán renunciar a importantes inversiones financieras y considerar la posibilidad de reducir el número de celebraciones. En la práctica, se trata de procesos difíciles en los que no debe faltar la perspectiva futura de una iglesia central en la región.
En números más claros, esto supone que el 60% de las iglesias de la diócesis cerrarán en los próximos cinco años. Es decir, 99 de las actuales 164. La pandemia ha acelerado lo que ya se preveía en los documentos referidos al inicio. De las 65 iglesias restantes, 37 servirán de apoyo, durante los próximos 10 años, a las 28 iglesias centrales.
Planes pilotos
Los administradores parroquiales comunicaron el resultado de esa ronda de debates en el pleno a la diócesis a otros administradores parroquiales. Entre los datos compartidos está el hecho de que los asistentes a misa habían pasado de 25 mil en 2013 a 12 mil en 2021. En la década de 1950 alrededor del 80% de la población católica asistía a misa, en comparación con alrededor del 3% de los 425.000 católicos bautizados en la diócesis en la actualidad.
En el proceso se plantearon muchas cuestiones, con una amplia conciencia general de la necesidad de cambio. La diócesis debatirá el contenido de esa jornada y los comentarios de los directores con el consejo de sacerdotes, el consejo pastoral diocesano, el cabildo de la catedral y el consejo de asuntos económicos. También se llevarán a cabo algunos proyectos piloto para promover una mayor regionalización y fortalecer el sentimiento de la Iglesia Juntos en la zona más amplia, bajo la dirección de un supervisor y/o facilitador del proceso en algunos lugares.