El Papa Francisco escribe una carta a los obispos de Chile © Vatican Media

El Papa Francisco escribe una carta. Foto:Vatican Media

Crónicas Romanas: una entrevista al Papa, el viaje a África y la trans ahorcada

Pasando a otros temas, en nuestra crónica es menester mencionar otros hechos importantes. Por ejemplo, la carta que tres altas autoridades vaticanas escribieron al episcopado alemán.

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(ZENIT Noticias / Roma, 01.02.2023).- Las noticias de la última semana de enero han quedado monopolizadas por la entrevista que Papa Francisco concedió a la «Associated Press» y, como siempre, sus respuestas nos dejaron frases icónicas como:

«Puedo morir mañana, pero vamos, está controlado. De salud estoy bien».

«Que me critiquen, es un derecho, pero prefiero que lo hagan en la cara».

«Con la muerte de Benedicto XVI he perdido un padre».

Sin embargo, el tema que sacudió a la opinión pública fue la respuesta a la pregunta sobre la criminalización de la homosexualidad, pues mencionó que todavía hay países en los que existe la pena de muerte para esta condición humana y reflexionó en voz alta: «El ser homosexual no es un delito. [y entonces hizo un soliloquio] Sí, pero es pecado. Bueno, primero distingamos pecado por delito. Porque también es pecado la falta de caridad con el prójimo, ¿y vos cómo andás?».

Lógicamente las agencias de prensa, y una multitud de «influcencers católicos» –o que al menos creen revestir ese rol– comenzaron a subrayar el concepto de «delito» o de «pecado» según sus intenciones. En síntesis, varios titulares afirmaban que el Papa aclaraba que la homosexualidad no es un delito, pero sí un pecado.

Pocos días después fue él mismo quien, de puño y letra, aclaró definitivamente su postura y lo hizo respondiendo a las tres preguntas que el jesuita James Martin le envió por correo electrónico desde Estados Unidos.

En la carta transcrita y publicada, Francisco aclaró: «cuando dije pecado, simplemente me referí a la enseñanza de la moral católica que dice que todo acto sexual fuera del matrimonio es pecado. Por supuesto que hay que tener en cuenta las circunstancias que disminuyen o anulan la culpa». Además confirmó que criminalizar la homosexualidad es el camino equivocado y puntualizó que en una entrevista televisada el lenguaje es más conversacional y no se entra en precisiones. Con esas frases quedó claro que «todos somos hijos de Dios».

Pasando a otros temas, en nuestra crónica es menester mencionar otros hechos importantes. Por ejemplo, la carta que tres altas autoridades vaticanas escribieron al episcopado alemán, el martes 24 de enero, aclarando que estos últimos no están autorizados a crear un consejo sinodal permanente, ya que podría debilitar el «poder de los obispos al entrar en terreno teológico y doctrinal».

Cuando algunos lectores reciban esta crónica el Papa estará en el continente africano, porque del 31 de enero al 5 de febrero visita la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, y nuestras oraciones estarán con el Sucesor de Pedro, atentos al mensaje de paz que está llevando consigo.

Terminamos esta entrega volviendo a un tema de la entrevista. Cuando leí que el Papa, de vez en cuando, gracias a una monja anciana, recibe a un grupo de transexuales para conversar con ellas; vino a mi memoria algo que sucedió en un contexto no muy lejano: En un hotel anónimo  cerca de la terminal de buses, Alessandra, de 19 años, fue asfixiada con el cable de la plancha y, tras varios días en la morgue, ningún familiar reclamó el cuerpo de la joven «trans».

Ariel Beramendi es sacerdote y comunicador

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Redacción Zenit

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