Por: Elizabeth Owen
(ZENIT Noticias / Mumbai, 01.06.2023).- El Arzobispo mayor de la Iglesia católica de rito siro-malabar, el Cardenal George Alencherry, convocó un Sínodo de emergencia del 12 al 16 de junio. La finalidad de ese encuentro es tratar la cuestión litúrgica que tiene dividida a una de las iglesias católicas orientales más numerosas.
La iniciativa del sínodo especial no es del líder siro-malabar sino de la Santa Sede: «El sínodo se convoca por instrucciones de la Santa Sede después de que los miembros permanentes del sínodo visitaran Roma a principios de este mes», dice un comunicado. También se especifica cuál es el motivo del encuentro: «la resolución de los problemas que enfrenta la archidiócesis de Ernakulam-Angamaly en la implementación de la Misa unificada».
El conflicto en la Iglesia católica siro-malabar se remonta a 2021 cuando desde la cúpula se decidió cambiar a un solo modo la manera de celebrar la misa en ese rito católico oriental. El cambio fue asumido casi por todas las diócesis menos por la más numerosa: la de la arquidiócesis de Ernakulam-Angamaly. El conflicto ha derivado incluso en episodios de violencia al tenerse enfrentamientos incluso dentro de la catedral. Dado que la diócesis más numerosa supone casi medio millón de católicos, se trataría del cisma por cuestiones litúrgicas más importante de los últimos años.
La inminencia de una división hizo que el liderazgo del rito siro malabar acudiera a inicios de mayo a Roma para dejarse orientar tanto por el Secretario de Estado, el Cardenal Parolin, como por el prefecto del Dicasterio para las Iglesias orientales. Desde el liderazgo de los inconformes ven con distancia y escepticismo la medida debido, según dicen, al secretismo con que se maneja el asunto y la poca apertura al diálogo y debate sobre la liturgia.
De hecho, el movimiento antiuniformismo está usando discursos del Papa Francisco que condenan precisamente eso: la uniformidad. En efecto, Papa Francisco ha hablado de la riqueza de la diversidad. Y las personas en contra de la uniformidad litúrgica plantean la pregunta sobre por qué eso no aplicaría también a quienes desean mantener otra forma de celebrar la misa. Como se había hecho siempre en ese rito.