Amy Balog
(ZENIT Noticias / Manipur, India, 13.08.2023).- Un arzobispo católico en el noreste de India, que ha visto a su diócesis en el centro de una ola de ataques mortales, ha hecho un llamado urgente a la oración “para transformar la mente de las personas que son guiadas por el odio y la violencia religiosa”.
En una carta a Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), el arzobispo Dominic Lumon de Imphal, estado de Manipur, dijo que “la necesidad es enorme” y “la destrucción y pérdida para las comunidades y la Iglesia es grande”.
Miles de personas han sido desplazadas después de que sus hogares fueran destruidos en actos de lo que llamó “limpieza étnica” que involucran a las tribus Meitei y Kuki.
ACN informó el mes pasado que más de 300 iglesias y otros edificios pertenecientes a organizaciones cristianas habían sido destruidos durante el violento conflicto.
El arzobispo Lumon escribió que su comunidad ha estado “aislada del resto del mundo” durante los últimos tres meses debido a una “prohibición de Internet y redes sociales impuesta por el gobierno desde que estalló la violencia comunitaria en el estado”. Añadió: “La situación sigue siendo sombría y tensa. Hasta el momento no se han encontrado soluciones políticas duraderas y continúa la apatía y el silencio de las autoridades”.
Dijo que cualquier intervención de la Iglesia “tiene que ir despacio y ejecutarse con cuidado, ya que hay muchos obstáculos y bloqueos causados por la agitación política y la violencia esporádica. La sospecha mutua y la animosidad aumentan todos los días”.
El arzobispo explicó que la Iglesia Católica está brindando ayuda humanitaria, que incluye artículos de primera necesidad, kits de higiene, apoyo psicológico, ayuda médica y asistencia educativa para niños: “Lo que más necesitamos son sus oraciones. El poder de la oración puede transformar la mente de las personas que son guiadas por el odio y la intolerancia religiosa. Necesitamos orar por nuestros líderes políticos, nuestros tomadores de decisiones y hombres de buena voluntad para que puedan iniciar soluciones amistosas. Que haya paz, armonía y fraternidad común y que se haga justicia a los que han sido privados de sus derechos y de su dignidad”. Y continuó: “La Iglesia está involucrada en el diálogo y las reuniones de la red de organizaciones basadas en la fe con llamamientos a las personas en las autoridades para soluciones amistosas”.