Comunidad de Bosé

Comunidad de Bosé queda reconocida por la Iglesia como Monasterio sui iuris de derecho diocesano

El obispo de Biella Roberto Farinella obtuvo del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica la licencia para erigir el monasterio según las Constituciones preparadas por la Comunidad, que fueron aprobadas ad experimentum por cinco años.

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(ZENIT Noticias / Bosé, 19.08.2023).- Se ha hecho público que el pasado 29 de julio el obispo de Biella, Mons. Roberto Farinella, erigió como monasterio sui iuris de derecho diocesano, al Monasterio Ecuménico de Bosé, ubicado en la aldea del mismo nombre.

En una publicación en la web del Monasterio narran que “en la fiesta de los santos Marta, María y Lázaro, amigos y huéspedes del Señor, había concluido un camino iniciado hace más de treinta años para un enraizamiento eclesial más explícito de nuestra realidad comunitaria. En efecto, fue a mediados de los años noventa cuando la Comunidad, con el entonces prior fray Enzo, buscó la manera de formalizar, incluso canónicamente, su inclusión en la Iglesia local de Biella y el reconocimiento de su identidad como Comunidad monástica ecuménica mixta. El reconocimiento como «Asociación privada de fieles» -otorgado el 11 de julio de 2001 por el entonces obispo de Biella +Massimo Giustetti- con el paso de los años se ha revelado insuficiente para expresar plenamente la experiencia comunitaria real. En particular, las reglas y costumbres monásticas, enraizadas en la tradición de Oriente y Occidente, luchaban por encajar en la terminología y los esquemas propios de una asociación, mientras que la pertenencia plena a la Comunidad de hermanos y hermanas de otras Iglesias cristianas seguía siendo sólo implícita y no reconocida oficialmente. Por otra parte, la reciente y dolorosa prueba por la que ha pasado la Comunidad nos ha mostrado la fragilidad de tal forma y la necesidad de dotarnos de formas de acompañamiento que nos ayuden a salir de una cierta autorreferencialidad que no ha servido bien a nuestra vida”.

A continuación expresan que “El deseo de que la identidad monástica ecuménica de nuestra Comunidad sea claramente expresada y acogida, como un don para las Iglesias y como ya se esperaba en Vita consecrata (§ 101), junto con la necesidad de algunos medios de acompañamiento más adecuados, como las visitas regulares, nos han llevado a buscar un camino canónico diferente, que confirme y ayude a proteger lo que ha sido vivido y testimoniado por Bose en estos 55 años de existencia, sin alterar su naturaleza laical”.

Se cuenta también que “La Comunidad y en particular los hermanos y hermanas encargados de preparar el borrador de las nuevas Constituciones han podido escuchar y debatir con monjes y monjas de distintas confesiones, expertos en vida comunitaria y en derecho canónico, aprovechando su sabiduría y experiencia. La forma canónica que parecía corresponder mejor a nuestra realidad fue identificada como «Monasterio sui iuris de derecho diocesano», por lo que las Constituciones fueron redactadas y votadas al final del Capítulo General del pasado mes de enero”.

Finalmente, se recoge que “El obispo de Biella +Roberto Farinella obtuvo del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica la licencia para erigir el monasterio según las Constituciones preparadas por la Comunidad, que fueron aprobadas ad experimentum por cinco años, reconociendo a la Comunidad como «signo tangible de aquellos frutos deseados por el camino ecuménico en el que las Iglesias cristianas están empeñadas desde hace decenios y que, sin haber alcanzado todavía la plena comunión, ha contribuido a un importante reconocimiento recíproco». A continuación, el mismo obispo erigió canónicamente la Asociación en «Monasterio sui iuris de derecho diocesano». Esta decisión fue notificada a la Comunidad reunida en la Sala Capitular el 29 de julio, en un clima de acción de gracias al Señor y a quienes nos han acompañado en este camino, con su competencia y disponibilidad. Esperamos, animados también por este signo de buena voluntad, crecer con la ayuda del Espíritu Santo en la gracia de nuestro bautismo y vocación monástica”.

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Redacción zenit

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