(ZENIT Noticias / Bagdad, 27.09.2023).- El Cardenal Louis Raphael Sako, patriarca de los caldeos de Medio Oriente, manifestó en entrevista a AsiaNews este 23 de septiembre, la necesidad de que Roma hable para evitar un futuro peligroso para los cristianos iraquíes.
El patriarca caldeo de Bagdad recuerda los abusos sufridos por la comunidad cristiana en Iraq: «La exclusión en el trabajo, la apropiación de sus recursos y propiedades, hasta el cambio demográfico sistemático de sus ciudades en la llanura de Nínive». Hay calumnias, ataques personales, amenazas, procesos judiciales y choque frontal con el Presidente de la República. Los cristianos iraquíes ven violados sus legítimos derechos humanos y nacionales», todo «bajo los ojos del Estado iraquí» y a pesar de «la lealtad y el compromiso de los cristianos con su patria».
Ve también un futuro amenazador para la Iglesia, «más sutil que la empleada por el Isis”. Recuerda: «Un millón de cristianos abandonaron Irak tras la caída del régimen, después de su expulsión de Mosul y las ciudades de la llanura de Nínive por elementos de ISIS en 2014, emigraron por razones de seguridad, políticas, económico y social «. Señala así a las milicias incontroladas que se mueven en el país, al sectarismo, al extremismo religioso y a la corrupción extendida en Irak.
El patriarca citó estadísticas de la Organización Hammurabi y el Movimiento Democrático Asirio que señalan el asesinato de 1,200 cristianos, además de los y secuestrados y después asesinados en Mosul y en Bagdad. Recordó la muerte del arzobispo caldeo de Mosul, Boulos Faraj Rahho, y 85 iglesias y monasterios bombardeados por extremistas y por el ISIS en Bagdad, Mosul y Basora, así como la incautación de recursos cristianos por las mafias locales.
El Cardenal Sako fue nombrado patriarca de la Iglesia Católica Caldea de Iraq en enero de 2013. Pero el presidente de la República de Irak, Abdul Latif Rashid, retiró en forma «injustificada» parte del decreto presidencial que le reconocía como patriarca nombrado por la Santa Sede y jefe de la Iglesia caldea «en Irak y en el mundo», a la vez que «responsable y custodio de las propiedades de la Iglesia». Rayan el Caldeo, líder de una milicia local que se dice cristiana, aunque está a sueldo de Teherán, discute abiertamente la legitimidad de su patriarcado, difundiendo mentiras para asumir el poder sobre la Iglesia en Iraq.
El Cardenal Sako lo explica: “En el fondo, es un proyecto que pretende silenciar la voz de la Iglesia y mi persona. En estos 10 años como patriarca, siempre he defendido los derechos humanos, sin distinción de credo o filiación étnico-religiosa, he tratado de proteger a los cristianos y nunca he querido justificar la formación de una supuesta milicia cristiana. He rechazado todo esto, de ahí el propósito de venganza por parte de una facción que tiene un motivo oculto: empujar a los cristianos a marcharse, hacerles emigrar para apoderarse de sus casas, sus bienes, sus propiedades. Por eso, también quieren crear un ambiente inestable y se oponen a la idea de ciudadanía, que siempre he reivindicado como base de la pertenencia a la nación. Sin embargo, en el país prevalece una mentalidad sectaria, en la que la gente lucha por tener más poder, visibilidad y ganar más dinero. No hay voluntad de construir un Estado basado en el derecho y la justicia, sino que prevalecen la confusión y la anarquía”.
Las denuncias de Rayan el Caldeo obligaron a no estar presente en la reunión de los obispos mediterráneos en Marsella, pues Rayan puso denuncias en los tribunales como parte de la campaña contra él.
Sobre la posible confusión que surge en personas e instituciones que viven lejos de Iraq, el Cardenal expone: “Uno de los elementos básicos es que el Presidente de la República no tiene poder para retirar decretos dictados en el pasado, puede dictarlos pero, desde luego, no puede anularlos arbitrariamente. Además, va en contra de una tradición secular, que se remonta a la época del Califato Abasí, luego al Imperio Otomano y finalmente a la República. En un segundo, el jefe del Estado ha querido borrar 14 siglos de historia y tradición, pero yo no tengo miedo y no tengo nada que perder… Tal vez mi vida, pero también estoy dispuesto a ello. Todo se hace para intimidar a los cristianos, para que abandonen el país y por eso les animo de nuevo, y con más fuerza, a quedarse y tener esperanza”.
A principios de septiembre, hubo un breve saludo de circunstancia» al Papa de Rayan el Caldeo al final de la audiencia general, según se describió en una breve aclaración vaticana. El líder de este grupo cristiano la aprovechó para criticar al Cardenal Sako, quien marcó la necesidad de recibir apoyo: “Estoy decepcionado por la posición de la Santa Sede que, en casi cinco meses, no ha intervenido para desautorizar las acciones del Presidente de la República, para rechazar los ataques contra la persona del Patriarca, para distanciarse de los que se hacen llamar líderes cristianos. La visita de este señor y el encuentro con el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro al final de la audiencia de los miércoles. Que luego relanzó a bombo y platillo en sus propios canales sociales, buscando legitimidad, valiéndose de una autoridad eclesial, que acabó demostrando una profunda ignorancia porque habló del Ángelus… ¡de los miércoles! Sus palabras supusieron una verdadera conmoción para los cristianos y los musulmanes de Irak, porque se presentaba una vez más como el verdadero representante de los cristianos, él, y no el patriarca, cuya dimisión habría aceptado el Papa. El silencio ante estas declaraciones es inadmisible”.
Consultado sobre el peso del silencio que legitima los ataques contra su persona y contra toda la Iglesia caldea, sugirió: “La Santa Sede podría haber tomado la palabra, podría haber dicho que la propaganda de este señor no es cierta, podría haber intentado calmar a la gente, a los numerosos cristianos y musulmanes de Irak que están sufriendo nuevos ataques y mentiras que hieren ante todo a nuestra comunidad. El nuncio apostólico me invita a dialogar, no a humillar al presidente… Pero aquí es el presidente quien está humillando a la Iglesia y a su pueblo. Dice que hay que dejar el decreto y aceptar una sentencia judicial. Pero debe comprender la mentalidad local y apoyar a la Iglesia: podría negar la instrumentalización y las mentiras de Rayan, pedir a los obispos que reciben dinero de él que dejen de hacerlo, encontrar una solución que no vaya contra la Iglesia caldea”.
Dado que se acerca el Sínodo en Roma durante octubre, aclara: “El nuestro es un problema particular, pero el Sínodo puede ser de ayuda para encontrar una solución. La Iglesia debe mostrar su presencia, su cercanía, debe encontrar la palabra que le ha faltado hasta ahora. La Iglesia son sus creyentes”.
Se estima que medio millón de cristianos, residentes todavía en Iraq, necesitan apoyo. El patriarca comenta que «la Iglesia ha movilizado todas sus energías y ha hecho esfuerzos extraordinarios para ayudar y alentar a los cristianos restantes, pero la Iglesia no es un sustituto del Estado. De ahí la pregunta: ¿Cómo se puede mantener a los cristianos en Irak y su presencia, arraigada en el país durante más de 2000 años? (…). Las declaraciones de solidaridad y las promesas son inútiles si no hay acciones reales y directas para detener estas violaciones, independiente de quién las emita. Creemos que la solución es tratar a los componentes étnicos y religiosos marginados de acuerdo con el principio de igualdad ante la ley, que garantiza a cada ciudadano vivir su vida en el marco de las leyes del país. Es sobre la base de la ley que los ciudadanos persiguen libremente el desarrollo económico, social y cultural de su país».