Foto: Diócesis de Rennes

[Entrevista] Nuncio del Papa en USA sobre sínodo: personas vendrán con propia agenda. Papel del Papa será decir

En entrevista con la diócesis de Rennes, el nuevo cardenal francés y nuncio del Papa en Estados Unidos aborda temas como el sínodo sobre la sinodalidad, qué tipo de cardenal pretender ser o su lugar en la iglesia francesa

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(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 28.09.2023).- Monseñor Christophe Pierre, nuncio del Papa en los Estados Unidos y próximo cardenal, concedió una entrevista a la web de la diócesis de Rennes. En esta entrevista, traducida por ZENIT al español, el Nuncio explica su papel con el Papa y cómo Francisco propone renovar la evangelización y la sinodalidad en la Iglesia.

 

Pregunta: ¿Qué cardenal pretende ser?

Respuesta: Volví a ver al Papa hace quince días en Roma. Simplemente me pidió que continuara mi misión como nuncio. Ya me lo había dicho hace tres años, cuando no aceptó mi dimisión por motivos de edad (a los 75 años). Así que veo mi papel como cardenal como una continuación de lo que ya estoy haciendo.

Durante varios años, he representado al Papa en varios países; esa es mi misión y siempre lo he hecho con gran pasión. Veo esta decisión del Papa Francisco como un enorme gesto de confianza y estima por su parte.

Los nuncios tienen la tarea de ayudar a una Iglesia local a no perder nunca de vista la dimensión universal de la Iglesia, cuando siempre existe el riesgo de encerrarse en sí misma o de volverse más autorreferencial. Esta dimensión no es simplemente ideal; es también personal y está vinculada a la persona del Papa. El peligro que surge a veces, incluso aquí en Estados Unidos y en otros países, es el de escapar de este Papa y convertirlo en una idea de un Papa que no existe.

El magisterio de la Iglesia implica siempre a personas concretas, porque la Iglesia es algo concreto. Cuando Jesús eligió a Pedro, dijo: «Te llamo Pedro y sobre esta piedra construyo mi Iglesia».

Así que es la Iglesia de Cristo, construida sobre una persona, el Papa. Creo que éste es el misterio de la Iglesia. Así que, como representante del Papa, mi papel es permitirle dirigir la Iglesia, basándome en lo que él es.

 

Foto: Diócesis de Rennes

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Pregunta: Conoce al Papa desde hace mucho tiempo. ¿Qué puede decirnos sobre su papel y su magisterio?

 Respuesta: Lo conocí en México, en 2007, con ocasión de la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Aparecida, a la que asistió el cardenal Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires. Tuvo un papel importante y produjo algo inédito: la necesidad de evangelizar de una manera nueva en un mundo nuevo. Un mundo secularizado en el que la fe ya no se transmite como antes. Hasta hace 60 años, la transmisión de la fe se hacía a través de la cultura, una cultura muy impregnada de religión. Hoy, las cosas son diferentes. Este es el punto principal de la Conferencia de Aparecida, decir que ahora necesitamos reinventar la forma en que transmitimos la fe. El cardenal Bergoglio fue uno de los obispos latinoamericanos que vio esto.

Los tiempos de cambio que vivimos significan también un mundo nuevo, un mundo en el que no entendemos todos los entresijos. Es el mismo problema. Así que el Papa Francisco, con su intuición básica de Aparecida, renovada en su exhortación apostólica Evangelii gaudium, nos dice que sólo podremos hacerlo si estamos juntos, y si damos juntos este paso de discernimiento.

Y la sinodalidad, el Sínodo, consiste en caminar juntos, por lo que debemos aprender a caminar juntos.

Me parece providencial que el Espíritu Santo haya ayudado a nombrar a alguien que venía de una Iglesia que había vivido esta misma experiencia, para que pudiera universalizarse. Así que ahora estamos en el proceso de universalizarla, que no es fácil.

Este Papa es realmente el maestro. Y nos dice el método. El desafío de nuestro tiempo no es una cuestión de cambiar la doctrina, es una cuestión de método. Y el método es ante todo escuchar. Escuchar también significa escuchar a los demás, pero también escuchar al Espíritu Santo. Es la escucha eclesial. Y luego está el diálogo, el verdadero diálogo. Y, por último, también es discernimiento. Y cuando escuchamos, cuando dialogamos y nos ponemos siempre a la luz de la fe, del Espíritu Santo, pues estamos trabajando el discernimiento.

Él es el Papa del discernimiento. Como gran director espiritual de la humanidad, basado precisamente en la revelación de Cristo, mira a la humanidad con gran atención a la persona humana, a la antropología, a todas las dimensiones de la humanidad. Por eso, todos sus documentos reflexionan sobre las dimensiones de la vida humana de hoy, incluyendo el medio ambiente, la política, la pobreza, las cuestiones morales, las relaciones de género y todo lo que conforma nuestra vida actual.

 

Foto: Diócesis de Rennes

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Pregunta: En los próximos días, el Papa Francisco inaugurará en Roma la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. ¿Cómo cree que los fieles pueden acompañar a los obispos y demás participantes en la Asamblea Sinodal?

 

Respuesta: Al acercarse la Asamblea Sinodal, todos estamos llamados a ser pedagogos, educadores, algo así como el padre o la madre de un niño pequeño que toma la realidad de su hijito tal como es y lo ayuda a crecer, con toda su riqueza y pobreza. Pero, al mismo tiempo, hará que el niño capte la realidad del día a día para que pueda convertirse en adulto. El verdadero educador es el que ayuda y educa a la persona a hacerse preguntas, que no necesariamente nos da respuestas inmediatas. Porque es precisamente ahí donde debe estar el fruto de la educación, del progreso personal.

Y el Papa nos está diciendo hoy, en un mundo cada vez más individualista, en el que hemos perdido el sentido de comunidad, que necesitamos redescubrir este sentido de comunidad para avanzar juntos y escuchar a todos. Porque ya no estamos en un mundo en el que bastaba con que el líder dijera lo que quería para que todos le siguieran. Hoy ya no es así, con una especie de democratización de las ideas a través de la prensa y los medios de comunicación.

Si queremos hacer frente a los retos de nuestro tiempo, tenemos que construir juntos, escucharnos unos a otros y educarnos unos a otros. Eso es lo que debe ser una comunidad cristiana.

El Sínodo ha empezado bien, pero no ha hecho más que empezar. Este año, la asamblea tomará nota de lo que ha sucedido. Muchas personas vendrán también con su propia agenda y dirán que hay que hacer esto o aquello. Así que el papel del Papa y de los responsables será decir: cuidado, no lleguemos a una conclusión todavía. El que llega con su agenda y sus propuestas debe también escuchar a los demás, escucharse humildemente. Creo que en eso consiste el Sínodo. Este es el Sínodo como yo lo veo y como yo lo sueño. Y confieso que, como nuncio y cardenal, me esfuerzo mucho en mi trabajo por avanzar en esa dirección.

 

Foto: Diócesis de Rennes

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Creo que fue un error pensar que el Sínodo, tal como lo quería el Papa, era sólo un momento para que los cristianos se reunieran durante unas semanas, redactaran un informe y lo enviaran a la diócesis, que a su vez lo enviaría a su Conferencia Episcopal, que luego iría a la región y terminaría en Roma para redactar un informe final.

Esta primera reunión fue un ejercicio importante; teníamos que recibir estos parámetros. Pero, de hecho, es sólo el principio y vamos a empezar de nuevo.

Lo que el Papa quiere es que cada parroquia, cada comunidad, aprenda a trabajar como Sínodo. Así que tenemos que encontrar la manera de hacerlo en la propia organización de nuestras parroquias.

Así que la gente se pregunta qué va a pasar en Roma. Muchas cosas, pero sobre todo vamos a decir lo que se ha hecho, ¡y a seguir! Por eso se llama Sínodo sobre la Sinodalidad. El Sínodo reflexionará sobre el método sinodal. Podremos determinar las disposiciones para continuar en sínodo.

Porque, de hecho, cuando el Papa dice que la Iglesia será sinodal o no será, lo que ha sido muy ridiculizado por algunos, expresa exactamente lo que quería decir, es decir, que debemos convertirnos progresivamente en una Iglesia en la que todos puedan avanzar juntos.

Así pues, vayamos contra las trampas, como dice a menudo el Papa, del clericalismo. Una parroquia no es sólo un lugar con un párroco que lo decide todo. Es un lugar donde un sacerdote dirige y la gente participa. Tenemos que redescubrir eso. Y eso no es sólo un nuevo método, no es una fantasía, es una necesidad debido a la situación del mundo actual. Así es como yo lo entiendo.

 

Pregunta: Usted será el único cardenal francés y nuncio apostólico, ¿le confiere esto un lugar especial en la Iglesia de Francia?

 Respuesta: No formo parte de la Conferencia Episcopal Francesa, formo parte del cuerpo diplomático de la Santa Sede y represento al Papa en mi misión. Fui llamado por mi obispo hace 50 años para entrar en la Santa Sede, y hoy mis compañeros nuncios proceden de todo el mundo, de todas las nacionalidades. Pero, por supuesto, yo soy francés de nacimiento, soy francés de corazón, por supuesto. También soy bretón, no lo olviden, y además de Malouin.

 

Traducción del original en lengua francesa realizada por el director editorial de ZENIT.

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Redacción Zenit

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