(ZENIT Noticias / Helsinki, 15.11.2023).- Victoria para la libertad de expresión. La Corte de Apelaciones de Helsinki ha desestimado íntegramente todos los cargos contra la diputada del parlamento finés Päivi Räsänen y el Obispo Luterano Juhana Pohjola, quienes habían sido procesados este mes de agosto por “discurso del odio” tras haber compartido públicamente sus creencias cristianas.
Räsänen, Ex Ministra del Interior de Finlandia, fue acusada de “agitación contra una minoría” en 2021 con base en un artículo del Código Penal finés rubricado “crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad” por haber compartido sus creencias sobre el matrimonio y la moral sexual cristianas en un tweet en 2019, así como en un debate en vivo emitido por la radio y en un panfleto parroquial en 2004.
El Obispo Pohjola fue acusado precisamente por haber publicado dicho panfleto de Räsänen del año 2004. El caso ha despertado enorme atención mediática en todo el mundo por la preocupación que dicha amenaza a la libertad de expresión ha suscitado entre expertos en derechos humanos.
“Me siento profundamente aliviada. El tribunal ha acogido en su integridad y mantenido la sentencia del juzgado de primera instancia, quien había reconoció el derecho de todos a la libertad de expresión”, dijo Päivi Räsänen tras la victoria.
“No es ningún crimen tuitear un versículo de la Biblia ni tampoco participar en el debate público desde una perspectiva cristiana. Los intentos de perseguirme por expresar mis creencias se han traducido en un proceso de cuatro años. Mi esperanza es que el resultado se mantenga como un precedente clave en defensa del derecho a la libertad de expresión.
Sinceramente espero que se le ahorre este calvario a muchas personas inocentes que simplemente comparten sus opiniones,” añadió Räsänen, Ex Ministra finesa del Interior y abuela de once nietos.
En una sentencia unánime —que acoge en su integridad la decisión absolutoria, dictada también por unanimidad, de marzo de 2022 del Juzgado de Primeria Instancia— la Corte de apelación ha desestimado los argumentos del Ministerio Fiscal.
Sostiene el tribunal que: “no hay razón alguna, con base en la prueba practicada en la vista oral, para enjuiciar de forma distinta que el juzgado de primera instancia. No hay, en consecuencia, motivo para alterar el fallo de instancia.”
El tribunal ha condenado en costas judiciales a la acusación por los gastos incurridos por ambos acusados. El monto de la condena supera los diez mil euros. La Fiscalía aún puede interponer recurso de casación ante el Tribunal Supremo antes del 15 de enero de 2024.
Ciertas “opiniones” sobre la Biblia son “criminales”
Durante el mediático proceso, la acusación atacó enseñanzas fundamentales de la religión cristiana e interrogó sobre sus creencias teológicas a Räsänen —la diputada con más antigüedad del Parlamento finés— y al Obispo.
En su alegato inicial en la vista oral del pasado 31 de agosto, la Fiscal encargada de la acusación, Anu Mantila, sostuvo que: “Uno puede citar la Biblia, pero la interpretación de Räsänen y su opinión sobre los versículos de la Biblia son criminalmente perseguibles.”
Durante el interrogatorio, la Fiscal preguntó a la acusada en varias ocasiones si estaría dispuesta a actualizar o retirar lo que había afirmado sobre el matrimonio y la sexualidad humana en su panfleto parroquial de 2004, titulado “Varón y mujer los creó”.
“El nudo gordiano del interrogatorio a Räsänen era el siguiente: ¿abjuraba de sus creencias? La respuesta fue no — ella no iba a renegar de su fe. Ciertamente las preguntas de la Fiscal guardaban una gran similitud con los procesos inquisitoriales a los herejes durante la Edad Media.
Se asumía que Räsänen había «blasfemado» contra la ortodoxia dominante.” Dijo Paul Coleman, Director ejecutivo de ADF Internacional, colaborador del equipo jurídico encargado de la defensa de Räsänen.
La acusación sostenía la irrelevancia del ánimo subjetivo de la acusada al dar a conocer sus creencias. El tribunal de apelación, en cambio, afirmó que la conducta “es perseguible sólo si se comete intencionalmente”.
Räsänen debería haber sabido —así argüía la Fiscal durante el juicio del pasado agosto— que sus palabras podían resultar ofensivas para ciertas personas y que, por tanto, debería haberse abstenido de pronunciarlas. Argumentaba la Fiscal que: “lo decisivo no es su verdad o falsedad, si no que sean insultantes”.
Defendiendo la libertad de expresión
El equipo jurídico de Räsänen, coordinado por ADF Internacional, subrayó la robusta protección de la que goza la libertad de expresión en el derecho internacional, además de ser un pilar fundamental de la democracia en Finlandia. La defensa recordó a la corte que el uso de la palabra “pecado” en el tuit de Räsanen —tildado de “insultante” antijurídico por la acusación— era cita directa de la Biblia y que cualquier juicio condenando su uso supondría una directa condena de la Biblia misma.
El Tribunal de apelación reconoció que: “no hay razón alguna para alterar el fallo de la sentencia de primera instancia,” la cual a su vez había reconocido que, aunque algunos puedan no compartir las afirmaciones de Räsänen: “debe haber una razón social imperiosa para restringir la libertad de expresión y justificar tal injerencia”. El Juzgado de Instancia concluyó que dicha justificación no concurría pues: “no corresponde a este Juzgado interpretar conceptos bíblicos.”
“Aunque celebramos esta monumental victoria, recordamos también que llega tras cuatro años de investigaciones policiales, persecución criminal, acusaciones y vistas orales en los tribunales de lo penal. Aplaudimos la sentencia de la Corte de Apelaciones de Helsinki. En una sociedad libre y democrática, todos deberían poder compartir sus creencias sin temor a la censura.
Castigar penalmente la libre comunicación humana tipificando como “discurso del odio” cancela el debate público en temas clave y supone una grave amenaza a nuestras democracias. Nos alivia comprobar que los tribunales hacen respetar el Estado de Derecho cuando las autoridades —abusando de sus prerrogativas— pretenden condenar y censurar afirmaciones que les incomodan,” añade Coleman, autor de “Censored: How European Hate Speech Laws are Threatening Freedom of Speech”.