(ZENIT Noticias / Gaza, 08.01.2024).- El domingo 7 de enero, fiesta del bautismo de Jesús, 8 niños gazatíes hicieron la primera comunión en la parroquia de la Sagrada Familia, la única iglesia católica en Gaza, y que en el pasado reciente ha sufrido ataques del ejército israelí, ataques que se han cobrado la vida de tres feligreses.
Dos de las religiosas que acompañaron a los niños, las hermanas Maria del Perpetuo Socorro y Maria del Pilar, contaron así los sucedido: “Con el corazón henchido de humildad primeramente porque somos siervos inútiles, de agradecimiento por tanto don recibido especialmente el de la vida y llenos de gozo anunciamos una gran alegría por gracia De Dios en nuestra parroquia Sagrada Familia ocho de nuestros niños recibieron por primera vez a Nuestro Señor Jesucristo”.
Y proseguía: “No hay unión más grande, hermosa y perfecta que recibir a nuestro Señor Jesucristo, estos niños por primera vez recibieron la primera Comunión, empezaron su preparación con gran entusiasmo el año pasado con la ilusión de recibir la Comunión a mediados de diciembre en la visita del Patriarca Cárdena Pierbatista Pizzaballa, visita que hace todos los años a nuestra parroquia. Por razones que todos conocemos no se pudo hacer”.
La hermana expresa su gozo de madre en la fe de esos pequeños: “Si una madre se siente orgullosa al ver a sus hijos comulgar con cuanta mayor razón nosotras que los hemos visto perseverar en esa primera ilusión y en ese deseo De Dios. El ha preparado sus corazones en medio de tantas dificultades y peligroso los ha mantenido. Adornamos nuestra iglesia con lo poco que teníamos pero con mucho amor y alegría, era un día especial para todos”.
Entre otros detalles, se cuenta que “La ceremonia que celebró el padre Yuosef estuvo muy hermosa y a cada minuto que pasaba los niños se emocionaban más y más, las lecturas, las ofrendas y hasta que por fin llegó el momento más esperado que alegría y que emoción, la acción de gracias y la bendición completaron la ceremonia después de la cual le preguntaron si ahora ya podían recibir la comunión normalmente como todos los demás. Cuando les dije que sí, ellos aparentando sus manos en puño levándolos al cielo gritaron ¡yeah! Llenos de alegría y de emoción”.
La hermana concluye diciendo: “Pedimos por la paz en estas tierras y hoy especialmente pedimos que esa ilusión y ese deseo de recibir a nuestra Señor Jesucristo permanezca en nuestros niños y se avive en cada uno de nuestros corazones”.