(ZENIT Noticias / Múnich, 15.01.2024).- El estudio sobre las diócesis católicas de Baviera, realizado por la Agencia de Prensa Alemana, indica que para finales de 2023 varias iglesias en la archidiócesis de Múnich, en la diócesis de Freising y en la de Würzburg, han cerrado. Indicio relevante también del estado que viven los católicos en Alemania.
Ya en 2022, el especialista sobre la situación de la Iglesia de DW noticias, Christoph Strack, señalaba que “se superó el punto en el que uno de cada dos habitantes de Alemania no pertenecía a ninguna de las dos iglesias principales, la evangélica y la católica: ahora son 41 millones de fieles, significativamente menos de la mitad de la población. Todavía mucho después de la reunificación alemana, la República Federal se seguía considerando un país cristiano”.
El 30 de diciembre de 2023 se cerró la iglesia de San Benito de Ebenhausen, en Schäftlarn, decidido por el alto costo de las reparaciones del techo, aunque la motivación es inusual, pues la archidiócesis de Múnich es bastante rica. Es verdad que los altos costos y los menores ingresos durante los últimos años han inducido al cierra de decenas de iglesias católicas en Alemania. Pero no es la única causa.
Hay también disminución de fieles, pues 1,3 millones de católicos han dejado la práctica de la misa dominical, los bautismos y los entierros religiosos entre 2019 y 2022. Los esfuerzos de la iglesia alemana por defender medidas, como la bendición de parejas homosexuales o la ordenación sacerdotal de mujeres y los cambios propuestos en el sínodo nacional, parecieran palancas para atraer más personas a la vida eclesial. Pero más bien se ven estos otros resultados.
Los cierres de templos en las poblaciones pequeñas de Rüdenhausen y Sommerhausen se suman a otros lugares de culto clausurados, con un total de 131 iglesias católicas cerradas, de las que 126 han desaparecido en los últimos cinco años. Algunas diócesis le restan importancia, como en Eichstätt, donde la iglesia de Santa Mónica en Ingolstadt se cerró para evitar que fuese profanada. El portavoz de la Arquidiócesis de Bamberg señaló que «ni siquiera una docena de iglesias han sido vendidas o regaladas en los últimos 10-15 años. Se trata de una cifra extremadamente baja y demuestra que las iglesias consagradas sólo han sido desmanteladas en casos absolutamente excepcionales».
Christoph Strack también indicó que, según el Religion Monitor de la Fundación Bertelsmann, publicado en diciembre de 2022, uno de cada cuatro miembros de la iglesia en Alemania consideraba salir de ella. Y 81% de quienes pensaba dar el paso habían perdido la confianza en las instituciones religiosas por los escándalos. Según los propios datos de la Conferencia Episcopal, se observaban más apóstatas que nunca.
Es bueno considerar que, mientras algunas tendencias de católicos buscan impulsar la vida de la Iglesia con la llamada apertura de mente, se olvida la dimensión kerigmática de la evangelización para enfrentar el secularismo, así como el fortalecimiento de la tradición en la religiosidad familiar, pues la fidelidad al Evangelio y la vivencia de la fe en el hogar son los auténticos pilares de la vida cristiana.
El retorno de los fieles a la vivencia de la fe, pedido por el Papa Francisco, por el documento de Aparecida y por muchas conferencias episcopales, depende menos de la adaptación del mensaje evangélico a la nueva visión de la sociedad, al “mundo” como enemigo de la buena nueva, y más al compromiso de los cristianos con la experiencia de cercanía con Jesucristo y de testimonio ejemplar en la vivencia de los valores evangélicos.