(ZENIT Noticias / Managua, 11.04.2024).- La persecución del régimen de Daniel Ortega hiere constante y sistemáticamente a la Iglesia Católica en Nicaragua. Un ejemplo fue la declaración de ilegalidad y confiscación de los bienes a más de diez organizaciones, entre ellas los Boy Scouts y la Fraternidad Misionera Fiat de María, según informa Vatican News.
El 27 de febrero, el Ministerio del Interior decretó la supresión de la personalidad jurídica a diez asociaciones sin fines de lucro, alegando violaciones e irregularidades en la presentación en los estados financieros. También se retiró la inscripción a la Universidad de Administración y Comercio ‘María Guerrero’.
Contrastante a la sistemática eliminación de asociaciones católicas y cristianas, la esposa del presidente Daniel Ortega emitió el 7 de marzo un mensaje de palabras cariñosas para felicitar al cardenal nicaragüense y arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, por su 75 aniversario, que coincide con la presentación de su renuncia al Papa por cumplir la edad canónica de jubilación. Es curioso que la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, interviniera ante este dato eclesial, cuando lleva años con ataques y barreras contra la Iglesia católica. ¿Detalle diplomático o insistencia para que el purpurado desaparezca?
En este contexto, conviene recordar la declaración de representantes de la vida consagrada nicaragüense, reunidos clandestinamente en una de las ciudades del país, donde denunciaron al gobierno de Ortega y Murillo con palabras fuertes: “La represión, el espionaje y la persecución de la que somos víctimas nos reafirma que Jesús y su Evangelio no son políticamente neutros. La Iglesia tiene un rol determinante en la denuncia social y lo ha demostrado desde el estallido de la crisis hace seis años, su voz autorizada y su capacidad de llegar a miles que ven un ente iluminador y directiva. Significa para la Iglesia, una verdadera responsabilidad y compromiso para con la sociedad a la que sirve”.
Esta declaración de un sector herido quizás supera los límites de la prudencia, pues la Historia de la Iglesia enseña que, en la persecución, la fe y la paciencia deben prevalecer sobre el enfrentamiento y la radicalidad.
Otro dato más de trabas a la vida cristiana se dio el 16 de enero, con la declaración en rebeldía 16 ONG, diez de las cuales tenían sello cristiano.
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