El próximo padre Kumar ha estado evangelizando en la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro Foto: Imagen Ilustrativa

Hacer mucho con poco: así es el ministerio y vida de un joven que será ordenado sacerdote en India

Kumar en vísperas de su ordenación cuenta que comenzó a plantearse su vocación cuando a su padre le dio cáncer y él rezó a Dios “y eso empezó a cambiar mi vida” asegura. Su padre se recuperó y él sintió cada vez más la atracción por ser misionero.

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(ZENIT Noticias / Roma, 06.05.2024).- El próximo 12 de mayo será ordenado sacerdote en la India el diácono Santosh Kumar. Será un sacerdote que servirá a algunas de las comunidades más alejadas del país y de la civilización: el archipiélago de Andamán, en el Océano Índico.

En el archipiélago, por ejemplo, está la isla de Sentinel del Norte donde se encuentra una tribu de cazadores recolectores llegada hace unos 60 mil años, pero sin contacto alguno con la civilización. Algunos misioneros como Jhon Chau han sido asesinados por esa tribu.

El próximo padre Kumar ha estado evangelizando en la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Para llegar a ella, los fieles acostumbran a caminar kilómetros a pie a través de bosques llenos de serpientes y otro tipo de fauna solo para poder ir a misa dominical. Kumar y el actual párroco también tienen que atravesar estos terrenos para ir a la parroquia.

Kumar acepta que es difícil llegar a la parroquia y que implica un esfuerzo considerable pero que lo anima el saber que la gente también asiste y que siempre está lleno el lugar. Dice que: “los fieles tienen sed de la Eucaristía y la oración”.

El diácono recorre pueblos que distan 20 o 30 km entre sí por lo que va en motocicleta que le proporcionó Aid to the church in need (Ayuda a la Iglesia Necesitada). En esas comunidades “no hay electricidad ni internet, hay escasez de agua, pero nos las arreglamos para salir adelante”, refiere.

Kumar en vísperas de su ordenación cuenta que comenzó a plantearse su vocación cuando a su padre le dio cáncer y él rezó a Dios “y eso empezó a cambiar mi vida” asegura. Su padre se recuperó y él sintió cada vez más la atracción por ser misionero.

«En mi diócesis los sacerdotes son pocos, pero al ver al sacerdote trabajando para la gente, vi su sed (de la gente) de Cristo y su necesidad de la Misa y otros sacramentos. Gracias a Ayuda a la Iglesia Necesitada y a todos sus benefactores por el apoyo que me han brindado en mi camino hacia el sacerdocio», concluyó.

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Dante Alba, LC

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