(ZENIT Noticias / Sabiona, 19.05.2024).- El monasterio de Sabiona, situado en la imponente colina de Chiusa en la provincia de Bolzano, parecía haber cerrado un capítulo histórico cuando las últimas dos monjas benedictinas se despidieron el 21 de noviembre de 2021. Después de 335 años de presencia continua, su partida dejó un vacío en la «montaña sagrada» del Tirol del Sur. Sin embargo, lo que se percibió inicialmente como un final inevitable ha dado un giro inesperado.
El obispo de Bolzano-Bressanone, Ivo Muser, y la abadesa Maria Ancilla Hohenegger, habían expresado su esperanza de que Sabiona pudiera continuar siendo un centro monástico vibrante. Aunque muchos consideraron sus palabras como meramente simbólicas, el destino les ha dado la razón. El 14 de marzo de este año, el capítulo de la gran abadía cisterciense de Heiligenkreuz, ubicada cerca de Viena, aceptó la invitación de monseñor Muser para enviar un grupo de monjes y revitalizar Sabiona. Así, este histórico lugar volverá a ser un refugio de vida contemplativa y un destino para peregrinos y buscadores espirituales.
La diócesis mantendrá la propiedad del monasterio, mientras que los cistercienses austríacos aportarán el espíritu y la vitalidad necesarios para su renacimiento. Este rescate de Sabiona ha destacado a Heiligenkreuz como un faro de esperanza y renovación dentro del catolicismo europeo.
Heiligenkreuz: un faro de esperanza y vitalidad
Heiligenkreuz no es un nombre nuevo en el mundo monástico. Fundada en 1135, es la abadía cisterciense más antigua del mundo que nunca ha interrumpido su actividad. Hoy en día, es también la más grande y próspera de Europa, con 103 monjes, 11 religiosos de votos temporales y 6 novicios. La edad media de sus miembros, 49 años, es notablemente baja comparada con otras comunidades monásticas.
La clave de su éxito, según el abad Maximilian Heim, radica en el amor por Dios y el prójimo, y en seguir la regla de San Benito: «ora, lege et labora» (reza, lee y trabaja). Esta filosofía, combinada con la unidad dentro de la comunidad y con la Iglesia, ha permitido a Heiligenkreuz florecer en tiempos modernos.
Además de su vida espiritual, Heiligenkreuz también es un centro de excelencia académica. La facultad teológica anexa, nombrada en honor a Benedicto XVI, es pontificia desde 2007 y cuenta con destacados profesores como Hanna-Barbara Gerl-Falkovitz y Alfred Hierold. Actualmente, acoge a 342 estudiantes de 39 países, reflejando su atractivo y relevancia global.
Un legado de liderazgo y renovación
El renacimiento de Heiligenkreuz se debe en gran parte a la visión y liderazgo de figuras clave. Padre Karl Braunstorfer, quien fue abad desde 1945 hasta su muerte en 1978, jugó un papel crucial durante el Concilio Vaticano II y los años de post-concilio, guiando a la abadía con un equilibrio entre tradición y renovación. Su legado continúa influyendo en la comunidad, que mantiene viva la llama de la fe y la devoción.
La influencia del Papa Emérito Benedicto XVI también ha sido significativa. En 2007, durante su viaje apostólico, visitó Heiligenkreuz y elogió el lugar como un bastión del espíritu mariano y la renovación auténtica.
Un futuro brillante para Sabiona
Con la revitalización de Sabiona, los monjes de Heiligenkreuz llevarán su enfoque de vida contemplativa y compromiso espiritual a este histórico monasterio. Este renacimiento no solo beneficiará a la comunidad local y a los peregrinos, sino que también simboliza una nueva era de esperanza y renovación para el monacato europeo.
El ejemplo de Heiligenkreuz muestra que, incluso en tiempos de desafíos vocacionales, es posible reavivar la llama de la vida monástica y ofrecer un refugio de paz y espiritualidad en el mundo moderno. Sabiona, con su rica historia y ahora revitalizada comunidad, está preparada para ser un faro de fe y contemplación para las generaciones venideras.
Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través deeste enlace.