(ZENIT Noticias / Gaza, 30.05.2024).- Un sacerdote y misionero católico está de regreso en Gaza después de más de siete meses en Jerusalén, habiendo decidido enfrentar graves peligros para apoyar a la comunidad cristiana de la región y a todos los necesitados.
El padre Gabriel Romanelli pudo regresar a la parroquia de la Sagrada Familia – la única iglesia católica de Gaza – mientras acompañaba al cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, durante una visita pastoral entre el 15 y el 19 de mayo.
El padre Romanelli estaba en Belén cuando estalló la guerra en octubre de 2023 y no pudo regresar a Gaza.
El sacerdote argentino, miembro del Instituto del Verbo Encarnado, habló con la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) sobre su determinación de brindar asistencia espiritual, moral y material a todos los afectados por la creciente crisis, independientemente de su afiliación religiosa.
Dijo: “He sido misionero en Gaza durante casi 19 años, y ahora, cuando finalmente pude regresar, mucha de mi gente ya no está aquí”.
El padre Romanelli dijo que sentía que tenía que hacer todo lo posible para aliviar el sufrimiento y quería “quedarme aquí [en Gaza] porque esta es mi misión”.
Destacó que 36 cristianos han muerto en Gaza desde que comenzó el conflicto, “20 de los cuales murieron debido a los bombardeos del ejército israelí o al fuego de francotiradores”, mientras que “los demás sucumbieron principalmente a la falta de medicamentos”.
Y añadió: “Perdimos a un niño del orfanato de la Madre Teresa. Es doloroso, pero al mismo tiempo sabemos que están con Dios. Están presentes en el Cielo para interceder por la paz, la justicia y el perdón de los pecados para todos nosotros y para quienes están en guerra”.
El padre Romanelli dijo a AIN que él y su comunidad continúan orando fervientemente por el fin del conflicto, ya que la guerra no es la voluntad de Dios sino el resultado de las acciones humanas.
Dijo que las oraciones de su comunidad se extienden a todas las víctimas y abogan incansablemente por la justicia, la paz y la reconciliación.
Y añadió: “No soy un salvador. Nuestro salvador es nuestro Señor Jesucristo, pero siento que aquí, al menos, puedo hacer algo para que nadie se quede atrás… Debemos hablar por la justicia, la paz y la liberación de quienes están privados de libertad”.
El sacerdote prosiguió pidiendo “la entrada de ayuda humanitaria para curar a los miles de heridos”.
Destacó que “la situación en las ciudades es terrible, sin una sola estructura que no haya sido dañada”, explicando: “Aquí en la parroquia tenemos alrededor de 500 refugiados. De ellos, unas 50 personas, principalmente niños, están bajo el cuidado de las Hermanas de la Madre Teresa. Además, brindamos asistencia a miles de personas en el vecindario, ofreciéndoles agua, alimentos y medicinas”.
El padre Romanelli expresó su gratitud por la ayuda de la organización benéfica: “Agradecemos a los benefactores de ACN por todo lo que hacen y los animamos a continuar brindando ayuda espiritual, existencial y material para consolar el Corazón sufriente de Jesús en todos los que sufren. Que la Virgen María nos bendiga y nuevamente gracias por todo”.
La guerra en Gaza ha tenido un impacto financiero devastador en la comunidad cristiana de Tierra Santa, la mayoría de la cual trabaja en el sector turístico y ha perdido su fuente de ingresos desde que se cancelaron casi todas las peregrinaciones a la región.
ACN también ha proporcionado ayuda de emergencia (cupones de comida, medicamentos que salvan vidas y ayuda con los gastos de vivienda y matrícula) para miles de cristianos en Tierra Santa que han perdido su medio de vida.
La oficina de ACN en el Reino Unido sólo puede contribuir al apoyo en Cisjordania y Jerusalén Este porque las sanciones antiterroristas del Reino Unido prohíben la transferencia de fondos a Gaza.
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