(ZENIT Noticias / Roma, 03.06.2024).- En un gesto inesperado, el Papa Francisco respondió personalmente a Lorenzo Michele Noè Caruso, un joven de 22 años que fue excluido del seminario por declarar su homosexualidad. A través de una carta manuscrita, el Papa instó al joven a «seguir adelante» con su búsqueda vocacional, brindándole palabras de aliento y esperanza. El 28 de mayo, Caruso había enviado un mail al Papa, en el contexto de la polémica por el uso de una palabra despectiva por parte del Papa en alusión a los homosexuales.
El mensaje del Papa
La respuesta del Papa, enviada después de que Caruso se dirigiera a él, aborda no solo la situación personal del aspirante seminarista, sino también reflexiones más amplias sobre el clericalismo en la Iglesia. «Muchas gracias por tu correo electrónico —le escribió el Papa en una tarjeta manuscrita, escaneada y adjunta al correo electrónico—. Me llamó la atención una de tus expresiones: “Clericalismo tóxico y electivo”: ¡y es verdad! ¿Sabes que el clericalismo es una peste? es una fea “mundanidad”, y como dice un gran teólogo: “La mundanidad es lo peor que le puede pasar a la Iglesia, peor incluso que la época de los Papas concubinarios”. Jesús llama a todos, a todos. Algunos piensan que la iglesia es una aduana, y eso es feo. La Iglesia debe estar abierta a todos. Hermano, sigue adelante con tu vocación. Rezo por ti, por favor hazlo por mí (lo necesito). Que el Señor te bendiga y Nuestra Señora te guarde. Fraternalmente, Francisco».
Caruso, quien describió la respuesta del Papa como «hermosa», expresó que esa carta le da esperanza y reafirma su sueño de convertirse en sacerdote. «Hace ver quién es el verdadero Papa, no la imagen que algunos han creado. El seminario sigue siendo un sueño no abandonado», comentó el joven, quien alimenta -¿vanalmente?- sueños de que el próximo Sínodo de octubre haga cambios en este ámbito.
Contexto y controversia
El caso de Caruso se sitúa en el contexto de una discusión más amplia sobre la posibilidad de que hombres homosexuales declarados puedan ser admitidos al sacerdocio. En una reunión con los obispos italianos, el Papa Francisco utilizó una expresión que algunos interpretaron como despectiva, generando polémica (“maricón”). Sin embargo, el Vaticano aclaró posteriormente que el Papa no tenía intención de ofender ni de expresarse en términos homofóbicos, y ofreció disculpas a quienes se sintieron agraviados.
Según una instrucción del Dicasterio vaticano para el Clero de 2005, la Iglesia no puede admitir al seminario ni ordenar a quienes practican la homosexualidad, tienen tendencias homosexuales profundamente arraigadas o apoyan la llamada «cultura gay». Esta medida fue reafirmada en 2016, subrayando la postura oficial de la Iglesia sobre este asunto.
La carta del Papa Francisco a Caruso, sin embargo, resalta la tensión constante dentro de la Iglesia entre la doctrina oficial y el enfoque pastoral. De hecho, la carta deja perplejidades pues no se sabe bien a qué vocación está animando el Papa para que siga el chico. En una declaración a un diario romano Caruso subraya: “Me dijo, sigue con tu vocación, no “tranquilo, hay otros caminos”. Toda mi historia ha estado salpicada de estas respuestas, cuando un religioso descubría mi sexualidad, por mucho que hubiera apreciado mi persona y mi Fe hasta un minuto antes, respondía así: “hay muchas maneras de declinar una vocación”. De hecho me negaron la posibilidad de tener vocación sacerdotal».
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