(ZENIT Noticias / Bruselas, 27.06.2024).- En un fallo judicial sin precedentes, el tribunal civil de Malinas ha dictaminado que los arzobispos actuales y eméritos de Malinas-Bruselas deben pagar una indemnización de 1.500 euros cada uno a una mujer por rechazar su admisión en la formación diaconal. Esta sentencia, emitida el 25 de junio, señala un hito en lo que unos ven como lucha contra la discriminación de género dentro de la Iglesia Católica en Bélgica y otros como una intromisión del gobierno en las leyes eclesiales.
El tribunal determinó que los arzobispos Jozef De Kesel y Luc Terlinden actuaron incorrectamente al evaluar la solicitud de Veer Dusauchoit, una mujer bautizada católica con décadas de servicio en su comunidad local de Herent. Dusauchoit fue rechazada dos veces para el programa de formación diaconal de cuatro años.
Luc De Cleir, portavoz del tribunal, aclaró que la decisión se limita a la admisión en la formación y no toca el derecho a la ordenación: «Determinar la discriminación en la admisión no infringe la libertad religiosa, ya que los arzobispos aún pueden decidir quién es adecuado para la formación».
La sentencia, aunque no es jurídicamente vinculante y podría ser apelada por los arzobispos, ha sido celebrada por los defensores de la igualdad de género, muchos de ellos ni siquiera católicos y otros más ni siquiera practicantes. «Es un triunfo histórico contra la discriminación de género en la Iglesia», afirmaron los abogados de Dusauchoit.
Veer Dusauchoit expresó su esperanza de que este fallo motive a la Iglesia a reconsiderar su postura sobre la inclusión de mujeres en roles tradicionalmente masculinos. «Espero que esta decisión facilite la participación de más mujeres en la formación diaconal en el futuro», dijo.
Por su parte, la archidiócesis de Malinas-Bruselas está evaluando el fallo. «Estamos revisando la sentencia y decidiremos cómo proceder», comentó un portavoz a medios locales. Hasta ahora, la arquidiócesis ha mantenido que sólo los hombres pueden ser ordenados diáconos, aunque se comprometió a explorar cómo incluir a las mujeres en otros aspectos de la formación eclesiástica.
Este no es el único conflicto reciente entre la Iglesia y las leyes civiles. El año pasado, la autoridad belga de protección de datos aceptó una queja de un hombre que solicitaba la eliminación de su inscripción en el registro bautismal, un caso que aún sigue en proceso de apelación.
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