(ZENIT Noticias / Canadá, 02.07.2024).- El Hospital St. Paul’s, en la Columbia Británica de Canadá, negó la eutanasia en su centro a una mujer con enfermedad terminal. Los padres de esa persona demandaron al gobierno provincial y a Providence Health Care, propietario de St. Paul’s, ante la Corte Suprema de Columbia Británica el 17 de junio para que elimine la objeción de conciencia religiosa. La enferma fue trasladada a otro centro para ser asesinada.
El caso busca acabar con la objeción de conciencia de los centros católicos a la hora de realizar eutanasias o abortos y hundir a los hospitales de la Iglesia. La demanda de la pareja argumenta que la Carta de Derechos y Libertades de su hija fue violada al no recibir la asistencia médica para morir.
Hace unos dos años, el Hospicio Irene Thomas, ubicado en Delta, también en la Columbia Británica, cerró por negarse a practicar la eutanasia. La organización benéfica de la que dependía, Delta Hospice Society, se negó a aplicarla a sus pacientes y el Ministerio de Salud canadiense retiró los fondos públicos: todo el personal tuvo que ser despedido.
El portavoz de Providence, Shaf Hussain, comunicó que se revisa la presentación judicial: «Providence se compromete a brindar atención compasiva a todos los pacientes y residentes». El ministro de Salud, Adrian Dix, comentó que respeta las posiciones de cada parte, pero no puede opinar sobre el asunto por estar en los tribunales.
Dying with Dignity Canada, demandante ante el tribunal, publicó una encuesta que indica un fuerte apoyo público a la eutanasia médica. Por otro lado, una encuesta realizada el año pasado por el Instituto Angus Reid, en colaboración con Cardus, mostró que la mayoría de los habitantes de Columbia Británica apoyan el derecho de los centros de salud con afiliación religiosa a rechazar la prestación de asistencia médica para morir y transferir a los pacientes para la eutanasia a otras instituciones.
El 58 por ciento estuvo de acuerdo con el traslado de los pacientes, mientras que solo el 24 por ciento dijo que estos hospitales deberían ser obligados a proporcionar la muerte médica en contra de sus derechos de conciencia.
El arzobispo de Montreal, Christian Lépine, presentó una apelación ante el Tribunal Superior de Quebec para detener la aplicación de una enmienda de 2023 a la “Ley de cuidados paliativos” que prohíbe a los hospicios excluir la eutanasia de sus servicios. El arzobispo señala que la enmienda interfiere con el ejercicio de la libertad religiosa y de conciencia, y representa una imposición estatal sobre las propiedades eclesiásticas para propagar la eutanasia.
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