(ZENIT Noticias / Nueva York, 11.07.2024).- Una estatua del Niño Jesús que había permanecido en los terrenos de la Iglesia de la Sagrada Familia en Flushing, Queens, por más de 40 años, fue decapitada a finales de junio de 2024. El incidente, captado por cámaras de seguridad, ocurrió en la madrugada del domingo 31 de mayo.
Las imágenes de video muestran a un hombre bajando de un taxi a las 5:30 a.m., quitándose el zapato y procediendo meticulosamente a golpear las estatuas de Jesús, María y José. El atacante empezó por el rostro de San José, seguido por el de María y culminó decapitando la estatua del Niño Jesús en una secuencia perturbadora de golpes.
El Padre Sean Suckiel, de la Iglesia de la Sagrada Familia, expresó su desolación y desconcierto ante ABC-7 Nueva York. «Mi corazón está destrozado, y la pregunta que no dejo de hacerme es, ¿por qué? Este acto fue muy deliberado, y está claro que la estatua no le estorbaba. Entonces, ¿por qué hacer esto?»
Un fenómeno alarmante de vandalismo
Este ataque se suma a una preocupante tendencia de vandalismo contra iglesias católicas en Estados Unidos. Solo en junio, un ladrón irrumpió en la Parroquia de San Miguel Arcángel en Portland, Oregón, robando el sagrario después de medianoche. El 27 de abril, vándalos pintaron con aerosol las puertas y la acera de la Iglesia de San Patricio en el noroeste de Portland con el mensaje «Mi cuerpo, mi elección». La misma iglesia ya había sido atacada dos veces antes, en junio y julio de 2021, durante una serie de agresiones a cuatro iglesias católicas de Portland en un periodo de seis semanas.
Según CatholicVote.org, desde 2020 se han registrado más de 400 ataques contra iglesias católicas en Estados Unidos. Su «Rastreador de Violencia» indica que solo en 2024 se han producido más de 27 ataques, con solo un 25 por ciento resultando en arrestos. Los estados con mayor número de ataques son California (55), Nueva York (46), Pensilvania (25), Texas (22) y Oregón (15).
Repetidos actos de candalismo en la Parroquia
El ataque a la Iglesia de la Sagrada Familia no es el primer incidente de vandalismo que enfrenta la parroquia. El año pasado, un agresor derribó una estatua de un ángel de su pedestal. La policía sigue trabajando para identificar al responsable de la reciente decapitación de la estatua del Niño Jesús.
Las autoridades locales y los funcionarios de la iglesia están pidiendo una mayor vigilancia y protección de los sitios religiosos para prevenir futuros incidentes. El Padre Suckiel y la comunidad parroquial mantienen la esperanza de que se haga justicia y se recupere la paz.
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