(ZENIT Noticias / Buenos Aires, 13.07.2024).- El derrumbe de las vocaciones en Argentina orilla a los seminarios a alquilar sus instalaciones para sobrevivir. Es el caso del Seminario Metropolitano Inmaculada Concepción, edificado en 1899, que ocupa toda una manzana en el barrio de Villa Devoto, con claustros abovedados, patios con fuentes y 200 dormitorios que estuvieron llenas de jóvenes a mitad de siglo pasado, durante los 80´s y hasta principios de los 90´s.
Desde hace unos años, recibe a seminaristas de otras diócesis, que han cerrado sus seminarios por falta de vocaciones. Tiene aún 96 dormitorios libres que se alquilan para retiros espirituales. La situación se repite en todo el país.
Algunos seminarios rentan parte de sus instalaciones a colegios u otras organizaciones católicas para solventar el gasto de los edificios.
La falta de vocaciones religiosas se relaciona con la pérdida de fieles católicos y la poca participación de los jóvenes en las comunidades parroquiales. El proceso de secularización general diluye la vida espiritual con menos raigambre en la sociedad. También pesa el desprestigio del catolicismo por los discursos anti-iglesia o la publicidad a los casos de abuso sexual por parte de algunos miembros del clero.
A pesar del nombramiento de un Papa argentino en 2013, el número de vocaciones sacerdotales no crece, aunque la tendencia cambia en cada zona del país y los diversos grupos: hay crecimiento de congregaciones religiosas conservadoras con disciplina exigente.
Según el Anuario Estadístico Pontificio, los seminaristas en la Argentina disminuyen constantemente. En 1985 eran 2,231 estudiantes en los seminarios de aquel año; para en 2000 se contabilizaron 2003 y apenas 1,070 en 2020. En 2024 se censaron 481.
El padre Cristian Torres, rector del seminario de Paraná, trabaja en un edificio para 200 seminaristas que alberga 22, de los cuales 15 son de su diócesis y 7 de la diócesis de Concordia. Para mantener el edificio, alquila un sector a una escuela secundaria privada y alberga, además, la escuela parroquial. “Gracias a Dios, así nos mantenemos. Con el uso y el alquiler, más los ingresos propios de la vida parroquial, se van cubriendo los gastos”.
Unir seminarios pequeños y generar comunidades de formación más amplias responde al pedido del Papa Francisco. El padre Larrosa, rector y director de la Organización de Seminarios de la Argentina, añade que es también una cuestión pedagógica: “No es bueno que alguien que ingresa a primer año esté solo. Es bueno que tenga pares de la misma edad, que estén viviendo la misma experiencia, que se forme un grupo”.
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