(ZENIT Noticias / Ruan, 20.07.2024).- El 11 de julio, al mediodía, un incendio estalló alrededor de la aguja de la emblemática catedral de Rouen, llenando el cielo de humo y alarmando a los residentes. Este suceso trajo a la memoria el devastador incendio de la Catedral de Notre Dame en París en 2019. Afortunadamente, el rápido accionar de unos 70 bomberos logró contener el fuego en menos de dos horas.
El arzobispo de Rouen, Dominique Lebrun, expresó su alivio tras el incidente, señalando que «al final, hubo más miedo que daño». Explicó que el fuego se originó en una gran carcasa de plástico utilizada en las obras de restauración, sin afectar significativamente el resto de la estructura. El origen del incendio, considerado accidental, sigue siendo desconocido.
El arzobispo Lebrun mostró su agradecimiento hacia todos los involucrados en la respuesta al incendio, incluyendo sacristanes, bomberos, contratistas, policías y autoridades civiles. Destacó el profesionalismo demostrado por cada uno de ellos durante la emergencia.
La catedral de Rouen, la iglesia más alta de Francia, cuenta con una historia rica y una estructura notable. La actual torre de metal, construida en el siglo XIX tras un incendio provocado por un rayo, ha demostrado ser más resistente al fuego que su predecesora de madera. Sin embargo, los severos vientos y la proximidad al mar han causado un deterioro significativo con el tiempo, lo que llevó al inicio de un ambicioso proyecto de restauración en 2016.
Los trabajos de restauración han sido suspendidos mientras se evalúan los daños y se aseguran las condiciones para continuar. El arzobispo Lebrun mostró especial preocupación por los cuatro trabajadores que estaban en el lugar durante el incendio, quienes sufrieron intoxicación por el humo y se encuentran en estado de shock.
La catedral de Rouen no solo es un hito arquitectónico, sino también una musa para el arte. Claude Monet inmortalizó la catedral en una serie de 30 cuadros entre 1892 y 1894. La estructura gótica es propiedad del gobierno francés, que se encarga de su mantenimiento y restauración a través del Ministerio de Cultura.
La ministra francesa de Cultura, Rachida Dati, visitó la catedral el mismo día del incendio para evaluar los daños. Durante su visita, hizo un comentario al rector de la catedral, el abad Alexandre Gérault, diciendo en tono de broma: «En estos tiempos difíciles, rezarás por nosotros».
El arzobispo Lebrun subrayó la importancia de «curar las heridas causadas por el incendio» antes de reanudar los trabajos de restauración. Se deberán reemplazar decenas de miles de pernos dañados y asegurar la estabilidad de la torre antes de avanzar. La catedral de Rouen sigue siendo un símbolo de resiliencia y esperanza, atrayendo la atención y el apoyo de la comunidad y las autoridades por igual.
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