(ZENIT Noticias – Center for Family and Human Rights / Nueva York, 21.07.2024).- Una sola referencia a «la familia» en una negociación de la ONU esta semana (15 a 19 de julio) desató una tormenta de críticas de los países occidentales ricos.
El debate se produjo durante las negociaciones relacionadas con un paquete de documentos que se presentarán en una conferencia denominada Cumbre de la ONU sobre el Futuro el próximo mes de septiembre.
El debate enfrentó a los poderosos países occidentales con los países tradicionales del Sur Global.
La declaración pretende abordar las necesidades e intereses de las generaciones venideras, pero mencionar el papel de la familia dentro de los límites del documento está resultando una tarea ardua.
Tras las consultas iniciales, los Estados miembros tradicionales y las organizaciones pro familia cuestionaron la credibilidad de un documento sobre las generaciones futuras que no habla de la unidad familiar. Como resultado de la presión, los negociadores principales de Jamaica y los Países Bajos añadieron un texto en el que se reconocía «el papel de las familias como contribuyentes al desarrollo sostenible». Esa única referencia desencadenó un intenso debate.
Gran parte del debate se centró en cómo cada parte consideraba la familia en singular o en plural.
El delegado del Reino Unido dijo que prefería suprimir por completo el párrafo sobre la familia, pero insistió en que, si había que mantenerlo, la versión plural de «familias» era el único formato aceptable.
Para México, mantener la forma plural «familias» era importante porque reconoce que todas las estructuras familiares «son válidas y cuentan con apoyo [lo que] es crucial para fomentar sociedades inclusivas».
Suiza dijo que «todavía tiene algunos problemas con la referencia a la familia» debido a «las desigualdades dentro de las familias [que] afectan al bienestar de las mujeres y conducen a la violencia contra las mujeres y las niñas» y que sólo podría aceptar la referencia si se mantiene en la versión plural de «familias» y si se añade un lenguaje que garantice la protección de los derechos de las mujeres. Estados Unidos, Canadá y Ucrania apoyaron la sugerencia suiza.
Uniéndose a las demás declaraciones contrarias a la referencia a «la familia», un delegado ucraniano sugirió que el término es demasiado vago: «No podemos hablar de conceptos. Intentamos encontrar soluciones para las generaciones futuras».
Los países occidentales se oponen a las referencias a la familia en singular porque refleja el lenguaje de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los tratados vinculantes sobre derechos humanos acerca de la familia natural como «la unidad grupal natural y fundamental de la sociedad», entendida como formada cuando un hombre y una mujer eligen libremente casarse y crear una familia. Los países progresistas consideran esta terminología anticuada y no inclusiva de las «diferentes formas de familia», incluidas las uniones entre personas del mismo sexo.
Egipto, Rusia, Siria, Irán, Camerún, Pakistán, la Santa Sede, Argelia, Senegal y Arabia Saudí defendieron el lenguaje familiar del derecho internacional.
Rusia dijo que «sería mejor poner la palabra familias en singular como “la familia”», defendiendo su papel como entorno seguro donde se cuida a las personas. «No se trata de los diferentes tipos de familia», continuó el delegado.
Un delegado de Siria defendió que el término «la familia» se refiere a «la familia que todos conocemos». Insistió: «No creo que tengamos que transigir para mantener la familia porque lleva ahí más de 75 años e incluso como concepto, la familia es la familia que siempre hemos apoyado».
Aunque el texto aún se está negociando, los dos cofacilitadores, Jamaica y Países Bajos, dijeron que esperan alcanzar una versión final del texto que los Estados miembros puedan acordar.
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