Austin Ruse
(ZENIT Noticias – Center for Family and Human Rights / Washington, 28.07.2024).- Un paso significativo en el silenciamiento oficial de los discursos políticos y científicos opositores es aplicarles la etiqueta de desinformación. La fundación sin fines de lucro Kaiser Family Foundation (KFF), con una inversión de mil millones de dólares, acaba de lanzar un proyecto para etiquetar ciertos discursos como desinformación, y ha apuntado específicamente a dos conocidos grupos pro vida, Heartbeat International y Live Action.
El Monitor de Desinformación en Salud de KFF publicó su primera edición en los últimos días y afirma que Heartbeat International está desinformando al público cuando el grupo dice que la píldora abortiva es reversible.
Heartbeat International, junto con 11 centros de atención prenatal, están siendo demandados por los fiscales generales demócratas de izquierda de Nueva York y California por estas acusaciones. La cuestión es si los efectos prometidos por el régimen podrán evitarse en algunos casos.
El régimen incluye la toma de dos pastillas: mifepristona, que inhibe el crecimiento del óvulo fecundado, y misoprostol, que expulsa el óvulo del útero. Heartbeat sostiene que entre la toma de ambas pastillas, una mujer puede cambiar de opinión y los efectos de la primera pastilla pueden revertirse. La fiscal general de Nueva York, Letitia James, conocida por enjuiciar a individuos y grupos conservadores, dice que se trata de una afirmación falsa, un fraude al consumidor.
El grupo Live Action, de Lila Rose, también es citado en el nuevo proyecto de desinformación de la KFF. Live Action produjo un video sorprendente de un niño creciendo en el útero, y la voz en off explica el desarrollo, incluidos los momentos de la vida y el comienzo del latido del corazón. El video se está mostrando en escuelas de todo el país. La KFF afirma que el video es desinformación.
KFF se suma a una campaña global para silenciar los discursos con los que no están de acuerdo etiquetándolos como desinformación.
El modelo legal para esto surgió en 2012, cuando el estado de Nueva Jersey demandó a Arthur Goldberg por hacer lo que ellos denominaron afirmaciones publicitarias falsas de que la conducta homosexual puede modificarse. Fue un uso único de las leyes contra el fraude al consumidor.
Goldberg dirigía un grupo de referencia para hombres judíos ortodoxos que querían abandonar el estilo de vida homosexual. Con la ayuda de abogados del anticristiano Southern Poverty Law Center, Nueva Jersey demandó a Goldberg por fraude al consumidor. En cualquier momento durante el juicio que duró varias semanas, Goldberg se enfrentó a más de una docena de abogados del grupo de izquierdas. Goldberg perdió el caso y ha tenido que pagar millones en multas. Básicamente, se quedó sin negocio.
No cabe duda de que esto es lo que Letitia James y el Fiscal General de California quieren para Heartbeat International, pero sobre todo para los grupos de atención al embarazo que tratan a mujeres que sólo han tomado la primera pastilla abortiva y quieren que el proceso se detenga. Los fiscales generales de los estados de izquierdas llevan mucho tiempo apuntando a los centros de atención al embarazo, a menudo bajo la égida del fraude al consumidor.
El problema más amplio es el esfuerzo de una campaña ahora global para atacar y silenciar las opiniones opuestas a las de la izquierda política. En la ONU, hay esfuerzos para silenciar a los llamados grupos “antiderechos”. Y hay una creciente coalición de gobiernos y corporaciones para silenciar a los críticos de la derecha. Esta campaña se desarrolló de manera más dramática en los últimos meses durante el debate centrado en el COVID-19 y las respuestas médicas a la enfermedad.
Cabe señalar que el nuevo boletín de desinformación de KFF se centra en cuestiones médicas y de salud. KFF tiene reservas financieras cercanas a los mil millones de dólares. Fue fundada en San Francisco en 1948 por el industrial Henry J. Kaiser. Actualmente es independiente e incluye en su junta directiva a personalidades del aborto como Katherine Sibelius, ex Secretaria de Salud y Servicios Humanos, y la personalidad televisiva Soledad O’Brien.
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