(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 29.07.2024).- La intención de oración de Francisco para agosto es por los líderes políticos. En ese sentido, El Video del Papa de este mes acompaña el pedido de Francisco en el que invita a los políticos a que “estén al servicio de su pueblo”.
En su videomensaje, que difunde la Red Mundial de Oración del Papa, Francisco admite que si bien “hoy la política no tiene buena fama, es mucho más noble de lo que aparenta”. Y agrega que solo será posible “avanzar hacia la fraternidad universal” de la mano de “una buena política”.
¿Un mundo sin política?
«Hoy la política no tiene buena fama: corrupción, escándalos, alejada del día a día de las personas». Las primeras palabras del Papa, en el mensaje que introduce su intención de oración para este mes, parecen decir lo que muchos de nosotros pensamos: que la política es un negocio sucio en manos de quienes sólo piensan en enriquecerse o alcanzar el poder. Quienes se dedican a la política, a los ojos de la gente corriente, deben ser vistos con recelo: seguramente tendrán algún interés personal que ocultar.
Sin embargo, a medida que pasan los segundos, queda claro que Francisco está diciendo algo diferente. Nos está recordando a todos que siempre es posible otro tipo de política: una «POLÍTICA con mayúsculas», como él la llama, al servicio de la gente y, en particular, de los más pobres. Todos necesitamos «buena política», subraya Francisco, si queremos “avanzar hacia la fraternidad universal»: la tentación de prescindir de ella, evocada a menudo por populismos de todo tipo, es un gran engaño.
Las imágenes que acompañan sus palabras intentan contar precisamente esto, alternando situaciones de vida en dos contextos diferentes: uno en el que las personas van por su cuenta (una mujer refugiada, un adulto desempleado, niños sin agua, una persona en situación de calle), y otro en el que, en cambio, han encontrado una respuesta -a veces de emergencia, a veces duradera- a sus problemas. El mundo sin buena política y el mundo con buena política, en efecto.
Un servicio de caridad para el pueblo
La política puede ser un desafío para el carácter moral de quienes participan de ella. Sin embargo, también puede ser una vocación digna de santidad y virtud. En esa línea, al inicio del video, el Papa retoma las palabras de Pablo VI, quien definió a la política como “una de las formas más altas de la caridad, porque busca el bien común”.
Se trata de un sentido social que supera los individualismos en favor de un todo mayor: el pueblo. Es por eso que los cristianos, especialmente los laicos, están llamados a participar de la vida política, para poder construir una sociedad más justa y solidaria. “Un individuo puede ayudar a una persona necesitada, pero cuando se une a otros para generar procesos sociales de fraternidad y de justicia para todos, entra en el campo de la más amplia caridad, la caridad política”, reflexiona Francisco sobre este tema en la encíclica Fratelli Tutti (2020).
Al servicio de los pobres
En su mensaje, Francisco asevera que la buena política no “está encerrada en grandes edificios con largos pasillos”, sino que “escucha la realidad, está al servicio de los pobres y se preocupa por los desempleados”.
Cuando un político no deja espacio para el diálogo, la cooperación y el compromiso con la dignidad de las personas -claves que el Papa destaca en Fratelli Tutti-, no se logra el desarrollo integral de la sociedad. Problemas como el hambre y la pobreza, las guerras o las crisis ambientales, por solo citar algunos, se ven exacerbados por un liderazgo político egoísta y ávido de poder.
Los desafíos de la política
El Padre Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, reflexiona: «¿Rezar por los responsables políticos? Los responsables políticos son lo que nosotros hacemos de ellos. En lugar de alimentar a menudo su descrédito con nuestras palabras y pensamientos, ayudémosles a ser los hombres y mujeres que deseamos. Recemos por ellos, como nos invita el Papa Francisco. ¡Qué coraje se necesita para estar donde están y para intentar vivir de manera íntegra! Se entregan totalmente: su tiempo, su vida familiar, sus capacidades, su fuerza física, su reputación. Tan fácilmente pensamos: «es la codicia, el poder, el dinero, su ego». Y a veces es cierto. Pero también son muchos los que realmente están al servicio del bien común. ¿Y nosotros? ¿Qué hacemos? ¿Qué haríamos en su lugar? Al menos podemos rezar por ellos».
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