(ZENIT Noticias / Roma, 31.07.2024).- A inicios de julio de 2024, el Dicasterio para el Clero nombró a dos asistentes apostólicos para acompañar a la Comunidad Sacerdotal de San Martín en su proceso de reforma, a petición de su superior, Don Paul Préaux. Esta reforma se impulsó debido a algunas acciones del fundador, el padre Jean-François Guérin, que se enmarcan en el ámbito de los abusos.
Monseñor Matthieu Dupont, Obispo de Laval, destacó que la visita pastoral reveló muchos aspectos positivos de la Comunidad y sus miembros, como «el gran servicio prestado a la Iglesia de Francia a través de las parroquias, santuarios y obras que la comunidad lleva a cabo».
Los sacerdotes de San Martín están presentes en 32 diócesis con 40 comunidades formadas por al menos tres sacerdotes en Francia, Alemania, Cuba y Roma. Los obispos con presencia de esta Comunidad en sus diócesis «aprecian la capacidad de los sacerdotes de San Martín para integrarse en los presbiterios».
La Comunidad Sacerdotal de San Martín se fundó en 1976 y se instaló en la archidiócesis de Génova, bajo la protección del cardenal Giuseppe Siri, quien explicó que la Comunidad nació «para la formación de seminaristas franceses que desean el sacerdocio pero no aceptan la confusión de ciertos seminarios modernos». Hoy en día, cuenta con más de 100 seminaristas, una notable excepción en el desierto vocacional francés.
Las diócesis que luchan contra las crisis vocacionales ven con admiración a los 175 sacerdotes y diáconos dedicados a la vida pastoral. La Santa Sede inició la «investigación» de esta institución con gran fecundidad vocacional, una intervención poco común hacia grupos disidentes menos tradicionales.
Dos años después de la visita pastoral, el Dicasterio para el Clero nombró a Mons. Matthieu Dupont, Obispo de Laval, y al P. François-Marie Humann, Abad de Mondaye, como Asistentes Apostólicos. Ambos trabajarán durante tres años para una relectura histórica de la fundación, abordando, entre otros temas, las acusaciones de exmiembros contra el padre Jean-François Guérin.
El P. Paul Préaux solicitó esta visita al Dicasterio del Clero en tres ocasiones durante 12 años para analizar el crecimiento de la comunidad. Declaró que “nuestro fundador tenía un temperamento fuerte y quería ser respetado en su rol de fundador, pero era consciente de sus fragilidades humanas hasta el punto de disculparse con todos nosotros”.
Mons. Matthieu Dupont comentó que hablaron con “personas que sufrieron las acciones del Padre Guérin. Estos hechos, como los besos forzados, podrían caracterizarse como delitos de naturaleza sexual. Ocurrieron en un clima abusivo más amplio que marcó el momento de la fundación de la Comunidad de San Martín, incluyendo el ejercicio de la autoridad y el acompañamiento espiritual. Por ejemplo, el abate Guérin combinaba las funciones de superior, padre espiritual y confesor”. La Santa Sede considera necesario iluminar aquel período para limpiar los cimientos de la Comunidad.
Existe preocupación por descubrir la verdad, sin tabúes, aunque ventilar los problemas puede dar buenos frutos, también puede abrir heridas o llegar a conclusiones aisladas.
El P. Paul Préaux explicó que “como obra de la Iglesia, me parece normal -y por eso pedí una visita- que no solo estemos en autoevaluación, sino que podamos beneficiarnos de la mirada de personas externas y benévolas. En el seguimiento de las vocaciones, desde el inicio de la comunidad hasta hoy, se ha recorrido mucho terreno”.
Insistió: “No nos gusta decir que la Comunidad es un éxito. No huele a evangelio. Lo importante para nosotros es que los sacerdotes y diáconos de la Comunidad permanezcan al servicio de los fieles de las diócesis y hagan el bien”. Aun así, la Santa Sede investiga el caso excepcional de una comunidad con muchos sacerdotes y conservadores.
Dedicar tres años a la visita también busca “trabajar en el tema de la pastoral vocacional y su acogida, especialmente de los más jóvenes, para asegurar un mejor discernimiento y una cierta prudencia en el ingreso a la formación. Se tratará también de apoyar el proceso de renovación de la educación inicial y permanente a la luz de las normas romanas y nacionales», según aclararon los dos Asistentes Apostólicos. ¿Revelan estas palabras impaciencia romana por el exceso de vocaciones en una comunidad con tendencias conservadoras que abastece a treinta diócesis en Francia?
Los sacerdotes de San Martín aceptan plenamente las enseñanzas del Concilio Vaticano II, son muy atentos a la solemnidad de la liturgia que también celebran en latín según el Misal Romano de 1969, aman el canto gregoriano y prefieren llevar la sotana en todo momento. No se trata de un usus antiquior, sino de sensibilidad eclesial tradicional.
Don Paul Préaux señala que el fundador “enseñó el sentido de la Iglesia, especialmente a nivel litúrgico, marcando fidelidad a la reforma del misal de 1969. Nos transmitió lo que él mismo había recibido de la tradición benedictina y canónica que le eran muy queridas. Conocía y apreciaba la espiritualidad de la Escuela Francesa”.
Los miembros de la Comunidad de San Martín esperan mejorar con la visita del Dicasterio para el Clero, que será fructífera respetando el carisma original y actualizando los aspectos necesarios para el mejor servicio a la Iglesia. Porque toda reforma valiosa mira a sus orígenes.
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