(ZENIT Noticias / Toledo, Ohio, 02.09.2024).- El dos veces medallista nacional juvenil, poseedor del récord estatal en Ohio y Michigan, y campeón nacional universitario de 2023 en la categoría de 102 kilos en levantamiento de pesas, Will Heller, entró al seminario de San Pablo en Minnesota, a finales de agosto.
El joven atleta de 21 años, nacido en Toledo, Ohio, Estados Unidos, inició el deporte de levantamiento de pesas cuando tenía 17. Destacó en el peso máximo de arranque con 324 libras y envión de 388 libras. Heller nació en familia católica y asistió a escuelas católicas: los primeros siete en una escuela diocesana y los últimos seis en una dirigida por los Oblatos de San Francisco de Sales.
Reconoce que “no puedo decir que alguna vez fui un católico practicante. Iba a Misa los domingos, pero nunca iba a la adoración. Realmente no rezaba el Rosario. Fui a una de esas escuelas que era un poco católica de nombre… Así que en realidad me alejé de la fe cuando llegué a Northern”.
Gracias a una misionera de FOCUS que conoció en la universidad, sintió la inquietud por la llamada al sacerdocio. Tras la Misa de Nochebuena en su primer año de universidad, recuerda: “Es gracioso, porque mi dormitorio en realidad estaba mirando directamente al Centro de Ministerio del Campus Católico y yo estaba en la lista de correo electrónico de los Ministerios del Campus Católico y me había dado de baja”.
Participó en estudios bíblicos y eventos de discipulado. En diciembre de 2022, el párroco de la iglesia le sugirió considerar el sacerdocio. “Simplemente me reí. Y, en mi mente, pensé: El hecho de que un hombre vaya a Misa todos los días no significa que quiera ser sacerdote”. Aquel encuentro lo ignoró durante cuatro meses.
Hijo único, pensaba casarse y tener hijos: consideró ser diácono. Tras participar en el congreso eucarístico y la ordenación sacerdotal de la diócesis, valoró más la propuesta. Tomó dirección espiritual y leyó “Discernimiento de espíritus” de Timothy Gallagher. Se postuló al seminario en octubre de 2023 y fue aceptado en enero.
Durante la plática con el obispo, Heller le preguntó si podría seguir levantando pesas. “Dijo que lo apoyaría, pero obviamente si los académicos fracasaban o la vida espiritual no se desarrollaba, entonces el levantamiento de pesas tendría que desaparecer”. Quedó maravillado que el rector del programa propedéutico del seminario es levantador de pesas y tiene un gimnasio en el sótano con todo el equipo que Heller necesita. “Creo que Dios realmente quiere que haga esto”, dijo entre risas.
En entrevista a CNA expresó la relación entre deporte y preparación al sacerdocio: “El principio de la concupiscencia: nos sentimos atraídos al pecado y tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para combatirlo. Lo comparo con una barra y la gravedad. Cuando llego a la plataforma de levantamiento de pesas, la barra está en el suelo y, si no hago nada, se queda en el suelo. Pero, a través de repetidos esfuerzos por largo del tiempo, a través de muchas dificultades, consigo levantar la barra del suelo y la barra sólo se mantiene en el aire tanto como yo la levanto del suelo. Lo mismo ocurre a un hombre que intenta combatir el pecado: tiene que tener ese esfuerzo continuo, tenacidad, para mantener la barra en el aire, para evitar pecar”.
En la preparación para los cursos del seminario, no sabe qué vendrá después con el levantamiento de pesas. “No necesito saber lo que sigue. Lo averiguaremos cuando llegue el momento… Si Dios quiere que suceda, sucederá”.
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