(ZENIT Noticias / Quito, 13.09.2024).- El Congreso Eucarístico Internacional de Quito, Ecuador, reunió 25,000 fieles en la misa de inauguración con 1,600 niños que recibieron su Primera Comunión. El Congreso Eucarístico Internacional regresa así a Latinoamérica tras 20 años, desde que se celebró en Guadalajara, México, en 2004.
Dirigiéndose a las niñas y a los niños que recibieron su Primera Comunión durante la Eucaristía, Monseñor Espinoza Mateus, arzobispo de Quito, dijo: “Hoy es un día de fiesta, un día grande en sus vidas. La Primera Comunión es ante todo una fiesta en la que celebramos que Jesús quiso quedarse siempre a nuestro lado y que nunca se separará de nosotros”.
La Eucaristía de inicio para el 53° Congreso Eucarístico Internacional fue presidida por el Arzobispo Metropolitano de Quito y acompañado por el Legado Pontificio, Cardenal Baltazar Porras Cardozo, y decenas de obispos ecuatorianos y extranjeros, así como sacerdotes, diáconos, seminaristas, religiosos y fieles en el parque Bicentenario de Quito. Monseñor Leonardo Lemos Montanet, obispo de Orense, encabezó una delegación española.
En la ceremonia se compartió un mensaje en video enviado por el Papa Francisco. En el mensaje el Pontífice expresó su alegría por participar, aunque fuera a distancia, en el encuentro eclesial, cuyo tema principal es “Fraternidad para sanar el Mundo”.
El Santo Padre subrayó que la fraternidad es “condición esencial para un mundo nuevo, un mundo más justo, un mundo más humano”. Y recordó que “el signo del Pan enardece en el pueblo de Dios el deseo de fraternidad, pues, del mismo modo que no se puede elaborar el pan con único grano, también nosotros debemos caminar juntos, pues siendo muchos, somos un único cuerpo, un único pan”.
También expresó el Papa que la “fraternidad debe ser, además, proactiva”, refiriéndose al ejemplo de Ángela Autsch, religiosa alemana que murió en Auschwitz.
El Papa concluyó el mensaje con la invitación a recobrar la fraternidad radical entre los hombres con Dios: «Somos uno, en el único Señor de nuestra vida. Somos uno, de una forma que no somos capaces de entender plenamente. Pero lo que sí entendemos es que solo en esa unidad podemos servir al mundo y sanarlo”.
El Congreso se desarrollará hasta el 15 de septiembre. Como avisó Monseñor Espinoza Mateus durante el simposio de estudios de preparación que tuvo lugar en la Pontifica Universidad Católica del Ecuador, no habrá milagros, pero «servirá para abrir la conciencia de que la fraternidad es un reto de hoy que, como Iglesia, tenemos que asumir e incluso liderar».
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