(ZENIT Noticias / Christchurch, 15.09.2024).- La controversia en curso en torno a la expulsión de los Hijos del Santísimo Redentor (FSSR) de la diócesis católica de Christchurch ha tomado un giro sorprendente. A pesar de decretos anteriores que prohibían a los sacerdotes del grupo ejercer su ministerio, el Vaticano ha suspendido ahora la orden de expulsión, a la espera de una revisión más a fondo. La revocación ha dejado a muchos cuestionando el razonamiento detrás de este cambio repentino, mientras que la situación sigue lejos de resolverse.
Inicialmente, la diócesis había anunciado que se había denegado una solicitud para restablecer las facultades de los sacerdotes de la FSSR, continuando la postura anterior del Vaticano que impedía al grupo ejercer su ministerio. Sin embargo, tras una apelación a la Santa Sede, el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica intervino, suspendiendo el decreto que exigía a los Hijos abandonar la diócesis en un plazo de 90 días.
Las razones detrás del cambio del Vaticano siguen sin estar claras. Algunos especulan que la acción legal podría ser un factor contribuyente.
El Dicasterio también tiene previsto revisar el caso de la contraparte femenina de la FSSR, las Hijas del Santísimo Redentor. A pesar de no ser reconocidas como una orden religiosa formal, el estatus de las Hijas como asociación privada será examinado junto con el caso de los Hijos. Según el padre Michael Mary FSSR, tanto los Hijos como las Hijas esperan el resultado de esta revisión exhaustiva.
Por ahora, los sacerdotes de la FSSR siguen suspendidos, sin poder celebrar la misa públicamente. Sin embargo, sus liturgias privadas continúan, aunque de forma restringida. Como explicó el padre Anthony Mary FSSR en una carta a sus seguidores, el término «misa privada» no se refiere a un servicio sin asistentes, sino a una misa no programada que aún puede incluir participantes.
«Tenemos un sacerdote disponible para las confesiones, y mientras estemos en la diócesis de Christchurch, ofrecemos nuestras misas en forma privada», escribió el padre Anthony Mary. Expresó su esperanza de que, a pesar de las suspensiones, la situación finalmente se resolverá por sí sola, enfatizando la necesidad de paciencia y comprensión durante la revisión del Vaticano.
La comunidad de la FSSR, aunque todavía está suspendida, parece estar esperando una resolución más favorable. El padre Anthony Mary insinuó que la diócesis puede no ser sincera con el público sobre la suspensión de su expulsión, pero aseguró a los partidarios que compartirían la noticia con cualquiera que preguntara.
Mientras el Vaticano continúa examinando el caso, el futuro de la FSSR en Christchurch pende de un hilo. Por ahora, el grupo permanece en un estado de limbo, suspendido de sus deberes ministeriales pero todavía presente en la diócesis, esperando el resultado de la decisión final del Vaticano.
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