(ZENIT Noticias / Los Ángeles, 18.10.2024).- En una resolución histórica, la Arquidiócesis de Los Ángeles ha acordado un acuerdo histórico de 880 millones de dólares para abordar 1.353 denuncias de abuso sexual infantil, el pago más grande en la historia de la Iglesia. El acuerdo, que se anunció el 16 de octubre, tiene como objetivo proporcionar una compensación a los sobrevivientes y, al mismo tiempo, permitir que la Iglesia continúe con sus ministerios y servicios.
Las acusaciones de abuso, muchas de las cuales se remontan a las décadas de 1940 y 1950, involucran al clero, al personal laico asociado con la Arquidiócesis y a sacerdotes de órdenes religiosas que sirvieron en Los Ángeles durante décadas. Este acuerdo sigue a un acuerdo de 2007 en el que la Arquidiócesis pagó 660 millones de dólares a 500 sobrevivientes, lo que eleva la compensación total pagada a más de 1.500 millones de dólares.
En una declaración posterior al anuncio, los abogados que representan a las víctimas enfatizaron que, si bien ningún acuerdo financiero puede reparar el daño causado, el resultado representa una medida de justicia. «Hay responsabilidad en esta resolución», se lee en la declaración, destacando la valentía de los sobrevivientes que se presentaron para buscar justicia y garantizar la protección de las generaciones futuras.
Disculpas y reformas: el arzobispo Gómez se dirige a los fieles
En una carta dirigida a los feligreses, el arzobispo José Gómez expresó su profundo pesar por los crímenes cometidos y reconoció la responsabilidad de la Arquidiócesis. «Lamento profundamente todos y cada uno de los incidentes de abuso», escribió Gómez. Enfatizó su esperanza de que este acuerdo ayude al proceso de curación de los afectados y reiteró el compromiso de la Iglesia de salvaguardar a las personas vulnerables en el futuro.
Gómez también describió los esfuerzos de la Arquidiócesis durante los últimos años para mejorar las medidas de seguridad y prevenir futuros casos de abuso. «Durante muchos años, hemos enfrentado las consecuencias del abuso y hemos implementado amplias reformas», afirmó Gómez. Desde entonces, la Arquidiócesis ha adoptado controles estrictos de antecedentes, protocolos de denuncia y programas de capacitación en sus parroquias, escuelas y ministerios para crear entornos más seguros para los niños y los adultos vulnerables.
Según Gómez, los nuevos informes de mala conducta que involucran a menores son ahora poco frecuentes, y ninguna persona declarada culpable de abuso se encuentra actualmente en el ministerio. Aseguró a los fieles que la Iglesia «permanecerá vigilante» en su misión de proteger a los más vulnerables.
Un acuerdo que equilibra la responsabilidad y la misión
Este acuerdo sustancial fue posible, en parte, gracias a una ley de California promulgada en 2019 que levantó temporalmente el plazo de prescripción de las demandas civiles por abuso sexual infantil. Este cambio legal abrió una ventana de tres años para que los sobrevivientes presentaran reclamos, lo que resultó en casi 1.900 demandas presentadas contra la Arquidiócesis.
El arzobispo Gómez reconoció los desafíos financieros que se avecinan, pero destacó la importancia de cumplir con las obligaciones de la Iglesia con los sobrevivientes mientras continúa con su misión principal. «A través de una mediación activa, creo que hemos llegado a una resolución que ofrece una compensación justa a los sobrevivientes y permite a la Arquidiócesis continuar con nuestros ministerios para los fieles y nuestros programas sociales al servicio de los pobres y vulnerables», afirmó.
El acuerdo se financiará mediante una combinación de reservas, inversiones, préstamos y contribuciones de las órdenes religiosas y otras entidades nombradas en el litigio. Fundamentalmente, Gómez aseguró a los feligreses que no se utilizarían fondos de donaciones de la iglesia, campañas parroquiales o contribuciones escolares para cubrir los costos del acuerdo.
Un camino difícil por delante
Si bien el acuerdo representa un paso significativo hacia la rendición de cuentas y la justicia, el arzobispo Gómez advirtió sobre las difíciles decisiones financieras que deberán tomarse en los próximos meses. Sin embargo, aseguró a los fieles que la Iglesia seguirá comprometida con sus dos objetivos: abordar el pasado con compasión y responsabilidad, mientras continúa proclamando el Evangelio y sirviendo a las comunidades necesitadas.
El enfoque de la Arquidiócesis para abordar estas reclamaciones contrasta con otras diócesis en California que han optado por la bancarrota como estrategia para gestionar demandas similares. Los críticos sostienen que esta táctica retrasa la compensación a los sobrevivientes. Sin embargo, en Los Ángeles, la decisión de llegar a un acuerdo refleja un compromiso de resolver estos casos de la manera más rápida y justa posible.
Mientras la Arquidiócesis de Los Ángeles enfrenta los desafíos que tiene por delante, la esperanza es que esta resolución proporcione cierta medida de sanación a los sobrevivientes, al tiempo que refuerza la determinación de la Iglesia de proteger a las generaciones futuras de todo daño.
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