(ZENIT Noticias – FIDES / Roma, 29.10.2024).- «Expulsar a los migrantes, no darles la posibilidad de trabajar, no acoger a los migrantes es un pecado, es grave», expresó el Papa Francisco respondiendo a quien le había preguntado cuáles son los criterios morales para orientarse en las próximas elecciones presidenciales de los Estados Unidos durante la conferencia de prensa en el vuelo de regreso a Roma desde Singapur el pasado 13 de septiembre.
Después de haber examinado las posiciones de Donald Trump y Kamala Harris sobre el aborto, pasamos a examinar cuáles son las posiciones de los dos candidatos sobre el tema de la inmigración.
«Tomaré nuevas medidas para mantener la frontera cerrada fuera de los puntos de entrada permitidos. Quienes crucen nuestras fronteras ilegalmente serán detenidos, deportados y se les prohibirá volver a entrar durante cinco años». Esta declaración la hizo la candidata demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, a finales de septiembre durante su visita a Arizona, en la frontera entre Estados Unidos y México.
«En mi primer día de regreso a la Casa Blanca, pondré fin a todas las políticas de fronteras abiertas de la administración Biden, detendré la invasión de nuestra frontera sur y comenzaré la mayor operación de deportación de la historia de Estados Unidos». Mientras que esta otra declaración la realizó el candidato republicano, el expresidente Donald Trump, durante un mitin en Iowa en diciembre y repetida varias veces después.
La política de inmigración es uno de los temas centrales de la campaña por la presidencia, y los dos candidatos a la Casa Blanca han sido duros al afirmar que tomarán medidas contundentes para frenar la inmigración ilegal. Trump, en particular, ha dedicado espacio en casi todos los escenarios de la campaña a las cuestiones fronterizas y a sus planes para resolverlas en caso de ganar la reelección. Entre sus propuestas está reintroducir medidas tomadas por su anterior administración como la prohibición de entrada en EE.UU. a ciudadanos de algunos países de mayoría musulmana, ampliándola a los refugiados de Gaza. La «mayor operación de deportación interna de la historia de Estados Unidos» prometida por Trump requeriría el traslado de tropas militares a la frontera entre Estados Unidos y México, la autorización de redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en lugares de trabajo, la denegación del debido proceso a los migrantes no autorizados, la construcción de centros de detención adicionales del ICE a lo largo de la frontera sur y la cancelación del Acuerdo Flores, que ofrece protección a los niños migrantes. Trump también pretende poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento para los hijos de padres indocumentados, deportar y revocar los visados de los estudiantes extranjeros propalestinos que salgan a la calle a manifestarse contra Israel, revocar la libertad condicional humanitaria e imponer una «criba ideológica». Hasta ahora, Trump sólo ha anunciado una propuesta para aumentar la inmigración: la concesión automática de green cards a los graduados no ciudadanos de colegios y universidades estadounidenses.
Harris acusa a Trump de sabotear las políticas migratorias impulsadas por la administración demócrata y asegura que, de ser elegida, adoptará una postura que concilie las necesidades de seguridad nacional con las necesidades humanitarias de quienes buscan asilo en EEUU. «Aumentaremos las penas contra los infractores reincidentes, y si alguien no presenta una solicitud de asilo en un punto de entrada legal y en su lugar cruza nuestra frontera ilegalmente, se le prohibirá recibir asilo», ha afirmado la candidata demócrata, añadiendo, no obstante, que «rechaza la falsa elección entre proteger nuestra frontera o crear un sistema de inmigración que sea seguro, ordenado y humano. Podemos y debemos hacer ambas cosas». Acusando a Trump de oponerse a un acuerdo entre demócratas y republicanos para endurecer los controles fronterizos, Harris ha declarado: «el sistema de inmigración estadounidense necesita ser rectificado y estamos trabajando para establecer un sistema de inmigración seguro, humano y ordenado en la frontera».
En cualquier caso, ambos candidatos prometen una dura lucha contra la inmigración no regularizada.
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