Elentir
(ZENIT Noticias – Contando Estrelas / Vigo, 29.08.2025).- En la ciudad de Minneapolis, en el estado de Minesota, un transexual disparó sus armas de fuego contra la Escuela Católica de la Anunciación, asesinando a dos niños. Además, el autor de los disparos hirió a 18 personas, 15 niños y 3 adultos. Tras perpetrar ese sangriento ataque, el autor de los disparos, Robert Westman, de 23 años y que se hacía llamar Robin Westman, se suicidó.
El móvil anticristiano de este ataque es más que evidente. Además de quedar patente por el objetivo elegido por el asesino, Westman publicó mensajes anticristianos, antisemitas y antiisraelíes en las redes sociales. Curiosamente, a diferencia de otros crímenes motivados por el odio, la amplia mayoría de los medios han omitido toda referencia a la cristianofobia, que en marzo de 2023 ya fue el móvil de otro tiroteo perpetrado por una mujer trans contra una escuela cristiana presbiteriana de Nashville, Tennessee, un ataque que se saldó con 3 niños y 3 adultos asesinados. Lejos de condenar ese abominable crimen, grupos transexuales culparon y calumniaron a la escuela, en una exhibición de odio y fanatismo que provocó una fuerte polémica.
A la hora de hablar de los discursos de odio, la cristianofobia se ha convertido en un tabú impuesto especialmente desde la izquierda política, mediática y académica. Si un terrorista ataca una mezquita, inmediatamente los medios hablan de «islamofobia». Si un criminal asesina a un homosexual, la palabra «homofobia» aparece rápidamente en multitud de titulares. Pero cuando dos transexuales asesinan a niños en ataques a escuelas cristianas, la cristianofobia es omitida en la mayoría de los medios como si fuese una palabra prohibida.
Al final, el mensaje parece ser claro: los discursos de odio alimentados por la izquierda reciben un descarado blanqueamiento político, académico y mediático, como venimos viendo no sólo con la violencia contra los cristianos, sino también contra nuestros «hermanos mayores», como el Papa San Juan Pablo II calificó a los judíos. En el caso de Minneapolis, como en muchos discursos de la extrema izquierda, la cristianofobia y el antisemitismo se dan la mano y acaban creando monstruos. Pero a diferencia de lo que ocurre cuando se habla de homofobia o islamofobia, no veréis a muchos medios intentando concienciarnos del alarmante aumento de los discursos de odio contra cristianos y judíos: simplemente no les importan, porque la izquierda está detrás de gran parte de esos mensajes.
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