(ZENIT Noticias / Cracovia, 09.12.2025).- Las discusiones públicas sobre el legado de San Juan Pablo II han resurgido en Polonia, lo que ha llevado a los obispos católicos del país a emitir una enérgica defensa del difunto pontífice. Su intervención se produce en medio de lo que describen como persistentes esfuerzos por menoscabar la reputación de una de las figuras históricas más influyentes de Polonia.
En un comunicado emitido por la Conferencia Episcopal Polaca, los líderes de la Iglesia advirtieron que las críticas a Juan Pablo II han ido más allá de la legítima investigación histórica y ahora corren el riesgo de erosionar los cimientos cristianos que han forjado la identidad de Polonia durante siglos. Subrayaron que la nación tiene una deuda extraordinaria con el papa polaco, cuyo largo y activo pontificado dejó una huella distintiva no solo en la Iglesia, sino también en los acontecimientos políticos y sociales mundiales.
Los obispos argumentaron que el liderazgo moral y espiritual del exarzobispo de Cracovia no puede reducirse a controversias aisladas. Destacaron su defensa de los pobres, los perseguidos y los marginados, y su inquebrantable apoyo a la dignidad humana en una época de profunda tensión ideológica. Según la declaración, se requería cierta mala voluntad para ignorar el bien generado por su servicio y los cambios que ayudó a iniciar en Polonia y en el extranjero.
El escrutinio sobre Juan Pablo II se ha hecho cada vez más visible en los espacios digitales, donde sus detractores destacan sus posturas conservadoras sobre cuestiones morales y reconsideran las acusaciones de que no afrontó adecuadamente los abusos sexuales cometidos por el clero. Estas disputas se han intensificado en los últimos cinco años, coincidiendo con cambios en el panorama político polaco. El actual gobierno liberal del primer ministro Donald Tusk ha reducido o retirado la financiación de varias iniciativas vinculadas a Juan Pablo II, incluyendo un museo en Toruń dedicado a la memoria y la identidad.
En este contexto, a los líderes de la Iglesia les preocupa que el difunto papa, quien desempeñó un papel destacado en la movilización de la resistencia espiritual contra el régimen comunista, se presente a las generaciones más jóvenes a través de una narrativa distorsionada e incompleta. El arzobispo Wojciech Polak, Primado de Polonia, advirtió durante la celebración anual del Día del Papa en el país que las críticas contemporáneas a menudo aíslan fragmentos de la enseñanza del Papa, desvinculándolos del contexto histórico de la Guerra Fría y los desafíos sociales de finales del siglo XX. Este enfoque, afirmó, produce una imagen de Juan Pablo II que se parece poco a la que millones de personas conocieron.
Más allá de su papel fundamental en la caída del comunismo y el resurgimiento de la libertad cívica en Europa del Este, Juan Pablo II transformó la difusión global del catolicismo. Nombró a cientos de obispos y cardenales, canonizó a un número sin precedentes de santos, escribió importantes documentos doctrinales y viajó extensamente para fortalecer los lazos entre la Santa Sede y las iglesias locales de todo el mundo.
La declaración de los obispos subraya su convicción de que estos logros forman parte inseparable de la historia. Mientras la nación navega por nuevas dinámicas culturales y políticas, los líderes de la Iglesia insisten en que reevaluar el pasado no necesariamente requiere desmantelar la memoria de una figura cuyo impacto llegó mucho más allá de las fronteras de Polonia.
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