(ZENIT Noticias / Ciudad de México, 19.12.2025).– El primer encuentro Hope Influencers en México reunió a creadores de contenido que dialogaron sobre el papel de las plataformas digitales en la vida cotidiana. El evento, convocado por el Consejo de la Comunicación y Motio Agency, abrió un espacio para reflexionar sobre la responsabilidad social de quienes hablan a millones de personas desde una pantalla.
Enlazado vía remota desde Roma, Monseñor Lucio Adrián Ruiz, secretario del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, planteó que la influencia digital alcanza su verdadera fuerza cuando impulsa esperanza y sentido de vida en la audiencia.
En ese sentido, señaló que la tecnología se convirtió en un ambiente que influye en las formas de relacionarse y comprender la realidad. En este escenario, la interacción rápida pierde fuerza cuando no logra tocar la conciencia de quienes están del otro lado de la pantalla.
De acuerdo con Monseñor cada usuario busca contenido con inquietudes profundas y con la necesidad de encontrar un mensaje que lo acompañe en momentos decisivos. La comunicación en redes, afirmó, exige mirar la vida como un conjunto donde la persona está presente y no sólo su reacción inmediata.

El secretario del Dicasterio resaltó la importancia de evitar el contenido que se queda en el like superficial. Insistió en la relevancia de reconocer que al recibir un mensaje existe alguien que espera una palabra capaz de darle dirección a lo que vive. Con esa perspectiva, planteó que el entorno digital no es un espacio aislado sino una extensión de la vida cotidiana que requiere responsabilidad y claridad en lo que se comunica.
Monseñor Ruiz planteó que un influencer no actúa en solitario porque su trabajo se sostiene en la interacción con comunidades diversas que buscan significado. La misión que propuso se basa en ofrecer orientación real a quienes siguen cada publicación. La familia y el hogar, dijo, se mantienen como referencias importantes dentro del ecosistema digital y marcan una pauta que puede dar equilibrio a quienes consumen contenido en redes sociales todos los días.
El secretario de la Santa Sede remarcó que muchos seguidores arrastran heridas y atraviesan situaciones difíciles. Ante esa realidad, el creador de contenido tiene la oportunidad de convertirse en un acompañante que recuerda el valor de cada vida. En este escenarios, la voz del influencer adquiere un peso que va más allá del número de seguidores y obliga a preguntarse qué huella se desea dejar en la era digital.
Por ello, describió a los influencers como misioneros de esperanza y sentido de vida que deben generar contenido que promueva la dignidad humana y fomente el acompañamiento.
La fragilidad con la que muchas personas llegan a las redes sociales exige una comunicación que mire más alto que el entretenimiento. Un mensaje bien dirigido puede convertirse en apoyo para quien busca claridad en medio de la incertidumbre y necesita saber que su existencia conserva valor.
Entre los testimonios del encuentro destacó el de la creadora mexicana María Regina Muñoz, originaria de Guanajuato, con más de cinco millones de seguidores en TikTok. Compartió que encontró a Dios en la vida cotidiana y que esa experiencia transformó su manera de relacionarse con su audiencia.

Habló de señales que descubre en lo ordinario y que la impulsan a compartir una visión que busca sembrar propósito en quienes la siguen. Su contenido, explicó, mezcla reflexión y autenticidad con la intención de generar vínculos que permitan mirar la vida diaria como un espacio donde surgen motivos para avanzar.
Finalmente, los participantes en el primer encuentro Hope Influencers coincidieron en que la comunicación actual necesita mensajes que aporten sentido de vida y esperanza; además se resaltó que el creador de contenido debe acompañar y orientar la manera en que se entiende la comunicación en la era digital.
Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través de este enlace.
