Viaje Apostólico a Indonesia

Viaje Apostólico a Indonesia Foto: Vatican Media

Se agotan boletos para misa con el Papa en Papúa Nueva Guinea

Con más de 34.000 personas registradas para la misa del 8 de septiembre, la capacidad del estadio se encuentra al máximo, mientras que otros preparativos, como un vuelo especial a Vanimo en la costa norte del país, también están en marcha.

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(ZENIT Noticias / Roma, 04.09.2024).- Papúa Nueva Guinea se prepara con entusiasmo para recibir al Papa Francisco, quien llegará a la capital, Puerto Moresby, el próximo 6 de septiembre en una visita de tres días que marca un evento histórico para la nación. El país, conocido por su diversidad cultural y religiosa, se ha volcado en los preparativos para acoger al líder de la Iglesia Católica, con las entradas para la misa papal en el Estadio Sir John Guise completamente agotadas.

El secretario de Asuntos Exteriores, Elias Wohengu, destacó la magnitud del desafío que supone organizar una visita de esta envergadura, subrayando el esfuerzo incansable de los ciudadanos de Papúa Nueva Guinea para garantizar el éxito de la estancia del Pontífice. Con más de 34.000 personas registradas para la misa del 8 de septiembre, la capacidad del estadio se encuentra al máximo, mientras que otros preparativos, como un vuelo especial a Vanimo en la costa norte del país, también están en marcha.

El viaje del Papa, que incluye visitas a otras naciones de la región Asia-Pacífico, como Indonesia, Timor Oriental y Singapur, pone el foco en las áreas que tradicionalmente han estado en los márgenes de la atención internacional. Para el Papa Francisco, quien ha hecho de su pontificado una defensa constante de las periferias y los más vulnerables, este viaje refuerza su compromiso con los olvidados.

Joel Hodge, profesor de teología de la Universidad Católica Australiana, afirmó que la elección de estos países en desarrollo está en línea con la misión del Papa de prestar atención a aquellos que más lo necesitan. «El Papa Francisco siempre ha abogado por los pobres y los desatendidos, y esta visita subraya ese compromiso», comentó Hodge.

Uno de los momentos más esperados de la visita es la posible canonización de Peter To Rot, un catequista local que es venerado en la comunidad católica de Papúa Nueva Guinea. Además, se espera que el Papa aborde temas sensibles como la crisis de refugiados. Un grupo de aproximadamente 70 solicitantes de asilo permanece varado en el país desde 2013, cuando un acuerdo con Australia los desvió hacia Papúa Nueva Guinea como parte de la política de detención extraterritorial.

A pesar de la situación crítica en la que se encuentran estos refugiados, viviendo en condiciones difíciles, los defensores de los derechos humanos confían en que el Papa Francisco llame la atención sobre su situación y busque una solución justa para ellos.

A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco ha mantenido una postura de neutralidad en las cuestiones políticas locales. Sin embargo, los observadores señalan que podría hacer comentarios sobre temas globales como el cambio climático, que afecta particularmente a naciones insulares como Papúa Nueva Guinea.

En el ámbito local, las tensiones políticas giran en torno a una enmienda propuesta por grupos evangélicos que busca reforzar la identidad cristiana del país. Esta enmienda propone establecer a la Santísima Trinidad como base de autoridad política y cambiar el nombre oficial del país a «Estado Independiente y Cristiano de Papúa Nueva Guinea». Aunque la Iglesia Católica respeta los principios cristianos, ha expresado su preocupación por el impacto que esta reforma podría tener en la diversidad religiosa del país.

Lisa Zengarini, periodista de Vatican News, advirtió que esta enmienda podría transformar la naturaleza del Estado, convirtiéndolo en un país confesional, lo cual contrasta con la pluralidad que ha caracterizado a la sociedad papú. Los obispos católicos han subrayado la necesidad de preservar la separación entre el poder político y la religión, una base fundamental de la actual Constitución del país.

La visita del Papa Francisco, la tercera de un pontífice a Papúa Nueva Guinea tras las visitas de Juan Pablo II en 1984 y 1995, es un evento cargado de simbolismo y expectativa. No solo destaca el compromiso del Papa con las regiones más alejadas y los pueblos más necesitados, sino que también arroja luz sobre los complejos desafíos sociales y políticos que enfrenta el país. Durante su visita, el Papa no solo celebrará la fe, sino que también abrirá una puerta al diálogo y a la esperanza para los papúes.

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Redacción Zenit

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