(ZENIT Noticias / Washington, 19.02.2025).- Ha estallado una batalla legal entre la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) y la administración Trump por la suspensión repentina de la financiación federal para la asistencia a los refugiados. En una demanda presentada el 18 de febrero en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito de Columbia, la USCCB argumenta que la congelación de la financiación no solo es ilegal, sino que también es perjudicial para los refugiados recién llegados que dependen de estos servicios fundamentales.
En el centro de la disputa se encuentra el Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos (USRAP, por sus siglas en inglés), que ha facilitado el reasentamiento legal de los refugiados en el país desde su creación por el Congreso en 1980. La USCCB, a través de sus Servicios de Migración y Refugiados (MRS, por sus siglas en inglés), ha desempeñado un papel fundamental en este esfuerzo, ayudando a casi un millón de refugiados a encontrar seguridad y estabilidad en los Estados Unidos.
La demanda surge en respuesta a una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump el 20 de enero, que puso al USRAP bajo revisión para determinar si el reasentamiento de refugiados se alinea con el «interés nacional». Poco después, el 24 de enero, el Departamento de Estado de los EE. UU. emitió avisos de suspensión a las agencias nacionales de reasentamiento, incluida la USCCB, deteniendo efectivamente el apoyo financiero para los programas de asistencia a los refugiados.
Impacto en los programas de asistencia a los refugiados
La congelación de fondos ha interrumpido los servicios esenciales proporcionados bajo el programa de Recepción y Colocación (R&P), una iniciativa de larga data diseñada para ayudar a los refugiados a hacer la transición a la sociedad estadounidense. Durante décadas, este programa ha asegurado que los refugiados recién llegados reciban apoyo para vivienda, colocación laboral y otras necesidades básicas durante sus primeros 90 días en el país.
El arzobispo Timothy P. Broglio, presidente de la USCCB, expresó su profunda preocupación por la decisión, afirmando que la repentina retirada de fondos ha dejado a la conferencia sin poder cumplir con su compromiso con los refugiados asignados a su cuidado por el gobierno. La portavoz de la USCCB, Chieko Noguchi, se hizo eco de estos sentimientos, enfatizando que la demanda cuestiona la abrupta suspensión de la financiación, que amenaza con desmantelar un sistema que ha estado en funcionamiento durante décadas.
Noguchi subrayó la importancia de los esfuerzos de reasentamiento de refugiados, señalando que los afectados por la congelación son personas que han sido sometidas a una extensa investigación del gobierno de los EE. UU. y han huido de la persecución en sus países de origen. Instó a la administración a restablecer la financiación, haciendo hincapié en que el apoyo a los refugiados refleja los valores fundamentales de los Estados Unidos de compasión, justicia y hospitalidad.
Una fuerza líder en el reasentamiento de refugiados
La USCCB no solo es un actor clave en la red de reasentamiento de refugiados de los EE. UU., sino que es la agencia de reasentamiento más grande del mundo. A través de asociaciones con afiliados locales, ayuda a reasentar aproximadamente al 18% de todos los refugiados admitidos en los EE. UU. cada año.
Según la ley de inmigración de los EE. UU., los refugiados se definen como personas que se han visto obligadas a huir de sus países de origen debido a un temor bien fundado de persecución basado en factores como la raza, la religión, la nacionalidad, la pertenencia a un grupo social o la opinión política. Para estas personas, los programas de reasentamiento proporcionan un salvavidas vital, ofreciendo la oportunidad de reconstruir sus vidas en seguridad.
Ahora que se han iniciado las acciones legales, el caso plantea cuestiones más amplias sobre el futuro del reasentamiento de refugiados en Estados Unidos. El resultado podría tener consecuencias de largo alcance tanto para las organizaciones religiosas como para los miles de individuos vulnerables que buscan refugio en suelo estadounidense.
La denuncia de los obispos contra el gobierno de Trump llega una semana después de que el Papa les escribiera una carta sobre el tema migratorio en Estados Unidos.
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