(ZENIT Noticias / Ciudad de México, 18.09.2024).- El sábado 14 de septiembre fue beatificado en la basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, el padre Moisés Lira Serafín, humilde sacerdote que dedicó su vida a los más necesitados.
Presidió la misa de beatificación el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, concelebrando con el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo de México, otros obispos auxiliares y el presidente del episcopado, Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey.
Moisés Lira nació el 16 de septiembre de 1893 en Zacatlán, Estado de Puebla. A los cinco años perdió a su madre. En 1914 ingresó al primer noviciado de la congregación de los Misioneros del Espíritu Santo, fundada por el sacerdote francés Félix de Jesús Rougier.
Recibió la ordenación sacerdotal en 1922. Su lema de vida fue “Es necesario ser muy pequeño para ser un gran santo”, reflejo de su sencillez y humildad.
Fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad de María Inmaculada en 1934, comunidad religiosa para la promoción de la bondad y el servicio a los demás.
Destacó en la educación y el apoyo a personas que sufrían enfermedades mentales, quienes en su época eran poco comprendidos o ignorados. Estableció instituciones para atenderlos, obtuvo el cariño y el respeto de las comunidades donde servía y dejó un valioso legado a la Iglesia mexicana.
El cardenal Semeraro destacó del beato Moisés Lira la reproducción en su persona de la imagen de Cristo, manso y humilde. También destacó su entrega como confesor y director espiritual, pues dedicaba entre seis a ocho horas diarias a la confesión, y acompañó a muchas personas en el discernimiento de su vocación. «Nuestro beato, cuando hablaba sobre Dios, lo hacía como un verdadero hijo. Y, cuando hablaba de Dios, se refería a Él como un verdadero Padre, haciéndolo con una ternura que impresionaba».
Una mujer embarazada de Guanajuato recibió una noticia devastadora en 2004: su bebé con 18 semanas de gestación sufría una condición grave que provocaba la acumulación anormal de líquido en el cuerpo. Los médicos sugirieron abortar por el riesgo para la vida del bebé y de la madre. Ella y su esposo excluyeron el aborto, buscando otras opciones para salvar a la hija.
La mujer encontró un folleto en un libro sobre el padre Moisés Lira. Comenzó una novena de oración, pidiendo la intercesión del sacerdote. “No te conozco, pero ayúdame”, fue su sencilla oración.
Tras los días de oración, algo increíble ocurrió: una nueva evaluación médica mostró que el bebé pasó de situación crítica a completa salud. La congregación de los Misioneros del Espíritu Santo conoció el milagro en 2014 e inició el proceso de investigación al año siguiente en la diócesis local. El papa Francisco promulgó el decreto de reconocimiento oficial del milagro en diciembre de 2023.
Moisés Lira será celebrado en la Iglesia Católica el 25 de junio, día de su fallecimiento en 1950.
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