CIUDAD DEL VATICANO, 1 agosto 2003 (ZENIT.org).- La basílica patriarcal de Santa María quedará «inundada» de pétalos blancos de flores el próximo martes día 5, festividad solemne de Santa María de las Nieves.
La fiesta recuerda la dedicación de la basílica y el famoso «milagro de la nieve», según el cual el 5 de agosto del 358 nevó en esta pequeña colina romana del Esquilino (una de las famosas siete colinas de Roma), como signo extraordinario –la nieve en el mes de agosto romano– de la invitación de la Virgen para que construyeran un templo en su honor.
La tradición cuenta que la noche del 5 de agosto la Virgen se apareció en medio de la nevada al Papa Liberio y al patricio Giovanni y a su mujer. Un siglo después, el Concilio de Éfeso (431) declaró María Santísima Madre de Dios, y el Papa Sixto III mandó construir la basílica en su honor. En la basílica se venera el icono de María Salvación del Pueblo Romano («Salus Populi Romani»)
La basílica de Santa María la Mayor, llamada también liberiana, por el Papa Liberio (352-366) y española (por el oro que cubre su techo, fruto de la conquista española de América), organiza una solemne Misa Pontifical (oficiada por el cardenal Carlo Furno, arcipreste de la basílica) y el rezo de las segundas vísperas para el martes que viene. Tanto en una celebración como en la otra se podrá asistir a la lluvia de flores.
La fiesta contará con la participación de la Venerable Capilla Musical Liberiana, dirigida por el maestro Valentí Miserachs Grau, presidente del Instituto Pontificio de Música Sacra.
El día 3 empezarán distintos actos (conferencias, visitas, celebraciones litúrgicas) para festejar el evento, que este año reviste un particular interés por tratarse del año del Rosario.
Entre las personalidades que intervendrán en la fiesta destaca el cardenal Francesco Maria Pompedda, prefecto de la Signatura Apostólica; el cardenal Sergio Sebastiani, prefecto de la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede y el cardenal Virgilio Noè, Arcipreste Emérito de la Basílica de San Pedro del Vaticano.
