(zenit – 25 marzo 2020).- El Papa Francisco agradece al arzobispo de Milán, que subió a rezar solo, en el techo de su catedral, y a los sacerdotes que demuestran, en Lombardía (Italia) en particular, “creatividad” y “celo apostólico”, en este momento de la pandemia de coronavirus.
Antes del Ángelus de este domingo 15 de marzo de 2020, en la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa alabó la actitud del arzobispo de Milán, Mons. Mario Delpini.
El 11 de marzo, el arzobispo subió al tejado de su catedral, al pie de la estatua dorada de la Virgen María, que corona la flecha, para interceder por el pueblo de Dios que sufre la pandemia en diferentes países y especialmente en Lombardía: el video de más de cinco minutos está en línea.
El Arzobispo reza, cuatro veces, en italiano, español, francés e inglés “Ruega por nosotros pobres pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén”.
Luego invoca a María, consoladora de los afligidos en una oración bien conocida en Lombardía: “O mia bela madunina”.
El Papa Francisco evocó estas imágenes tomadas por la diócesis de Milán, antes del Ángelus, diciendo: “En este momento, en Milán, termina la misa que el arzobispo celebra en el Policlínico, por los enfermos, los médicos, las enfermeras, voluntarios. El arzobispo está cerca de su pueblo y también está cerca de Dios en la oración. Tengo en mente la fotografía de la semana pasada: él solo en el tejado de la catedral rezando a la Virgen María”.
El Papa también elogió el “celo apostólico” de los sacerdotes: “También me gustaría agradecer a todos los sacerdotes, su creatividad. Lombardía me trae muchas noticias sobre esta creatividad. Es cierto, Lombardía se vio muy afectada. Sacerdotes que piensan en mil maneras de estar cerca de la gente, para que la gente no se sienta abandonada; sacerdotes con celo apostólico, que han entendido que en tiempos de pandemia no se debe hacer el “regalo de Abbondio”. Muchas gracias sacerdotes”.
Don Abbondio es uno de los personajes principales de la novela de Alessandro Manzoni Les fiancés: una figura religiosa mezquina y cobarde que rehuye las dificultades y obstáculos que encuentra.