El obispo de Leiria-Fátima, monseñor Antonio Marto, presidió este martes la apertura de la Puerta Santa en el Santuario de Fátima y dijo que el Jubileo Extraordinario de la Misericordia corresponde “a la necesidad de una gran renovación espiritual” del mundo. El rito de la apertura de la Puerta Santa comenzó con una peregrinación simbólica desde la capilla de las Apariciones hasta la basílica de la Santísima Trinidad.
“La peregrinación significa que la misericordia como un don de Dios es una meta a alcanzar, un camino a seguir, e invita a la persona a salir de sí misma, para hacer una peregrinación interior, volviendo a la aceptación del don de Dios”, dijo Mons. Marto.
En declaraciones a la Agencia ECCLESIA, después de la celebración, el prelado portugués señaló que la Puerta Santa nos recuerda que “la puerta es Cristo mismo”, que abre su corazón “desde lo alto de la cruz de la que fluye una corriente de amor que atraviesa a todas las generaciones”.
En este contexto, destacó que esta misericordia se refiere “naturalmente, al perdón de los pecados», pero “no solo a eso”, sino también a la “aceptación del otro”. “Escucharlo, entenderlo, acompañarlo, perdonarlo, darle valor y coraje para vivir una vida buena, justa y santa según el Evangelio”, ejemplificó el obispo de Leira-Fátima.
La Puerta de la Misericordia del santuario mariano de Cova da Iría se abrió “excepcionalmente” unas horas después de que el papa Francisco inaugurará el Jubileo en Roma, con la apertura de la Puerta Santa en la basílica de San Pedro.