Hoy es la Jornada Mundial de las Misiones, una jornada conocida como el DOMUND. Este año el lema es «Misioneros de la misericordia» y se dan dos circunstancias que dan un tono especial al DOMUND. Por un lado, en Roma está reunido el Sínodo sobre la Familia; y, por otro, estamos en el Año de la Vida Consagrada.
«La Jornada Mundial de las Misiones 2015 -dice el Papa Francisco en el mensaje que ha publicado para esta jornada- tiene lugar en el contexto del Año de la Vida Consagrada y recibe de ello un estímulo para la oración y la reflexión”.
El Santo Padre nos recuerda que todo bautizado está llamado a dar testimonio del Señor Jesucristo proclamando la fe que ha recibido como un don. Pero esto es particularmente válido para la persona consagrada, porque entre la vida consagrada y la misión hay un fuerte vínculo. El seguimiento radical de Jesús, que ha dado lugar a la aparición de la vida consagrada en la Iglesia, responde a la llamada a tomar la cruz y seguir a Cristo, imitando su dedicación al Padre y sus actitudes de servicio y de amor a todos, sobre todo a los que más sufren.
En el cincuenta aniversario del decreto del Concilio Vaticano II sobre las misiones, el Papa nos recuerda que la dimensión misionera pertenece a la misión misma de la Iglesia, y que por lo tanto es también intrínseca a toda forma de vida religiosa o vida consagrada a Dios. La misión no es proselitismo o mera estrategia. La misión es sobre todo testimonio personal. Quien cree y sigue a Cristo, se convierte necesariamente en misionero.
Para mostrar el vínculo entre la misión y la vida consagrada a Dios, el Santo Padre canoniza hoy a una religiosa española: María de la Purísima, que fue superiora general de la Congregación de las religiosas de la Compañía de la Cruz. María Isabel Salvat Romero nació en Madrid el 20 de febrero de 1926 y murió en Sevilla el 31 de octubre de 1998. A pesar de ser la superiora general de la congregación, ella quería en todo momento hacer los trabajos más humildes. Su deseo era trabajar sin figurar, sin aparecer, fomentando siempre un clima de confianza y de serenidad. Las religiosas de la Compañía de la Cruz hacen un gran trabajo al servicio de los enfermos y los pobres, y son muy estimadas sobre todo en Andalucía, donde nacieron y están más presentes.
En el marco del Sínodo sobre la Familia, el Papa beatifica hoy a un matrimonio, lo que no es frecuente. El matrimonio elevado a los altares es el que formaron Louis Martin y Zélie Guérin, franceses, padres de santa Teresa de Lisieux, carmelita descalza que es patrona de las misiones y ha sido declarada doctora de la Iglesia. Se da la circunstancia -nada frecuente- que este matrimonio vio como cuatro de sus cinco hijas entraron en el Carmelo de Lisieux. Esta beatificación nos recuerda la doctrina de la vocación universal a la santidad, sea cual sea el estado de vida de cada cristiano o cristiana.
+ Lluís Martínez Sistach
Cardenal arzobispo de Barcelona